El Gobierno posee innumerables datos para demostrar su bondad en aspectos importantísimos, desde ser la economía latinoamericana de más crecimiento en la última década hasta el notable éxito de negocios privados de finanzas, turismo, minería, construcción y comercio.
Ayer el ministro de Hacienda, Donald Guerrero, resaltó cómo el gasto gubernamental ha bajado de 20 % del PIB en 2013 a 17 % en 2016, un difícil logro admirable.
También indicó que el 85 % de la deuda pública está contratada con intereses fijos, que no hay riesgos mayores en el horizonte financiero y dadas las perspectivas de continuado crecimiento, ese endeudamiento es sostenible sin presentar problemas.
Aún cuando economistas privados señalan que más de un 20% de los ingresos fiscales van al pago sólo de intereses, la mayoría de las calificadoras de riesgo y los propios inversionistas siguen optimistas respecto al país.
Todo apunta a que el mayor escollo criollo es político y no económico. Ignorar los reclamos multicolores (no sólo verdes) contra corrupción e impunidad podría dañar la excelente gestión del presidente Danilo Medina.