La entrevista de Alicia Ortega a Diandino Peña me deja con muchísimas interrogantes, quizás tontas como las que editorializaba don Rafael Herrera.
¿Cómo llega a 45 años de lucrativo ejercicio multimillonario alguien dizque ignorante de sus propios negocios? ¿Por qué aceptamos como ordinario que cualquier político o funcionario no quiera o no pueda explicar sencilla y claramente el origen de su fortuna inmensa?
¿Enviará Diandino los documentos prometidos? ¿Cómo reaccionará el gobierno? ¿Los verdes? ¿Pretenderán la DGII y la Procuraduría hacerse los arahuacos ante el cúmulo de graves ilícitos descubiertos durante la entrevista? ¿Qué dirán los compañeros de partido y colegas de Diandino?
¿Aparte del chismorreo radiofónico justificando sus inocentes proclamaciones de mansa ignorancia, encargado a habituales cómplices bochincheros, dará Diandino a la opinión pública alguna satisfacción o explicación? ¿Si realmente es un recientemente bautizado cristiano, qué dirán a y de Diandino en su iglesia?
¿Hará Alicia otras entrevistas similares? ¿Quiénes querrán? ¿Quiénes diablos asesoran jurídica y mediáticamente a Diandino? ¿Aun tiene visa? Vivimos en el reino de las preguntas tontas…