El presidente Medina no miente al denunciar que ciertos resentidos y frustrados políticos quisieran “verlo entre el lodo” del alboroto de Odebrecht.
Al asegurar que su campaña de 2012 no fue financiada corruptamente por Odebrecht, emplazó a cualquiera que lo acuse a ofrecer pruebas.
Pidió paciencia al pueblo afirmando que las investigaciones en Brasil y aquí revelarán quiénes están implicados. He expresado apoyo total al creciente reclamo popular para combatir la corrupción e impunidad públicas y privadas. Pero esta legítima exigencia del pueblo requiere canalizarse con prudencia y firmeza incesante, como las aguas que mueven turbinas y no las de ríos desmadrados.
Enlodado –¿o tumbado?— quisieran ver a Danilo porfiados opositores ineficaces, que ni siquiera ante tan enorme oportunidad como este escándalo, concitan suficiente popularidad para validar liderazgos hueros, “buchi-plumíferos”. ¿Podrá Medina liderar esta impostergable cruzada? ¡Debe hacerlo!
Su gobierno posee destrezas y experticia, en las DGII, DNI, Superintendencia de Bancos, Aduanas y colaboración foránea, que deberían usarse para hacer Justicia, no intimidar a quienes reclamamos e insistiremos. Amenazas burlonas autoincriminan…