Noventa y dos millones de dólares, o sea más de RD$4,200 millones, alcanzan para darle algo menos de RD$500.00 a cada dominicano.
Algunos dirán que es poquita cosa si calculan que esa suma fue dada en soborno por Odebrecht a funcionarios dominicanos para conseguir contratos de obras a lo largo de 15 años.
Los más osados dirán que el costo de ese escándalo es de menos de RD$30 (treinta pesitos) al año por cada uno de los diez millones de dominicanos.
Aquí este caso de Odebrecht no es único y quizás ni siquiera el más grande, aunque sí el primero en que los sobornadores han admitido su ilícito y lucen dispuestos a colaborar plenamente con la Justicia dominicana para aplicar la ley y condenar a los funcionarios sobornados.
La corte federal de Brooklyn donde están depositados los documentos del caso debería pues ser un destino ineludible de los fiscales criollos.
Ojalá la política dominicana quisiera hacer como ciertas prostitutas, que cansadas de su mala vida deciden ser honradas. ¡Qué afortunada oportunidad!