Nuestro país padece una epidemia de corrupción administrativa que los adversarios del PLD pretenden achacar exclusivamente al gobierno y sus funcionarios.
La nación requiere urgentemente superar este marasmo moral y ético. Pero como el famoso chiste del violador de monjas, “dije que todas…”.
Es una falacia que la corrupción del pasado bajo administraciones reformistas y perredeistas haya sido “juego de niños” comparada a la actual. Si comparamos el tamaño de la economía nacional quizás antes fue peor.
Balaguer administraba presupuestos como el de 1996 que fue de menos de RD$26 mil millones, cuando el PIB fue de sólo US$18 mil millones, y sin embargo dejó funcionarios tan ricos que todavía hoy viven de eso.
En 2004 al dejar el gobierno Hipólito Mejía, el presupuesto fue RD$121 mil millones y el PIB fue US$22 mil millones.
Para 2016 el presupuesto llegó a RD$566 mil millones, pero el PIB real dominicano alcanzó más de US$73 mil millones. En este contexto, ¿roban más ahora que antes? ¿O es que los malandros han hecho “ajustes”?