En los últimos días la prensa ha resaltado cómo choferes insensatos violan flagrantemente la ley al transitar por las aceras de la Winston Churchill.
Uno de esos patanes resultó ser el mismo que había matado con su imprudencia a varios inocentes al arrollarlos cerca de Nagua hace pocas semanas, pese a lo cual andaba libre como un ruiseñor.
En este contexto, el procurador general, Jean Alain Rodríguez, abogó por aumentar las penas por infracciones de tránsito para quienes causen muertes múltiples en colisiones.
Al mismo tiempo resaltó la importancia de cumplir con la ley 241 vigente. Pero, ¿dispusieron las autoridades sancionar al juez o fiscal o policía que dejó en libertad al chofer homicida referido?
¿Están el procurador y los demás responsables dispuestos a revertir la costumbre de impunidad rampante de los choferes de patanas, camiones y autobuses afiliados a pseudo-sindicatos de transporte?
¿Aplicarán la ley -que el procurador pide respetar- a los conductores de conchos y motoristas, invisibles para policías y “ñames”? Urge arreglar el tránsito.
Hablar bonito no basta.
