¿Con qué autoridad moral podrá exigir a otros propiedad y decencia en sus procesos electorales un país como Estados Unidos? Su porcentaje de ciudadanos votantes es menor que en cualquier país latinoamericano.
En ninguna elección del último medio siglo ha podido verse tanta miseria humana, irrespeto e indecencia, por no hablar de deshonestidad e incompetencia, como en la culminada este martes.
¿En cuál de nuestros países ha habido algún candidato con tantos procesos judiciales pendientes, condenas y multas como Trump?
¿Cuál candidato nuestro ha llegado a las urnas con la amenaza de caer presa por corrupta si gana su adversario?
¿En cuál de nuestras democracias maduras ha debido decidirse una elección en la Suprema Corte de Justicia? Quizás sí tenemos defectos iguales o peores, pero sin andar por el mundo presumiendo una irreal y ridícula superioridad que es a todas luces inexistente.
Este proceso electoral ha expuesto las tripas gringas con todas sus heces y no huele bonito. Cuando vuelvan a joder por acá haremos bien recordándolo para darnos a respetar.
