“Día por día”

“Día por día”

“Día por día”

Una costumbre maldita de muchos funcionarios recién designados es babosear ante la prensa supuestos hallazgos embarrando a quien sustituyen en el cargo, sin aportar pruebas ni llevar el caso ante la Justicia como correspondería si hubiera sustento a sus declaraciones.

Me ha encuerdado cómo el nuevo cónsul dominicano en Nueva York, al asumir su puesto, ha desbarrado alegremente acerca de irregularidades que bien pudieran ser ciertas, pero cuya responsabilidad penal difícilmente corresponda al anterior jefe de ese consulado.

Si Carlos Castillo, el cónsul, encontró cualquier asunto imputable a Eduardo Selman, a quien sustituyó, su obligación legal y ética es someterlo a la justicia.

Pero no ensuciar la honra de un ciudadano cuyos amigos podemos dar fe de su integridad así como su inquebrantable compromiso con el ideal político del PLD, a cuyo fundador Juan Bosch cuidó y protegió como un hijo haría con su papá.

Eduardo ni nadie debería ser intocable, pero ensuciar prestigios es un ilícito peor que ser víctima de la traición de subalternos. Castillo debe actuar o retractarse.



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.

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