Estoy muy confundido. He leído en distintos diarios las crónicas del estudio sobre calidad del gasto educativo realizado por EDUCA y aparentemente es al mismo tiempo un espaldarazo al Ministerio de Educación y también un llamado de atención a deficiencias que merecen corrección.
La realidad es que las nóminas han crecido sin relación a necesidades o eficiencia.
Sin decirlo tal cual, también parece que ha habido más varilla y concreto que pizarras y libros.
Mi confusión no resulta del propio diagnóstico, impecablemente expuesto por EDUCA, cuyo presidente es un lujo de nuestra cultura, el poeta y banquero (¡a-lo-T.-S.-Eliot!) José Mármol, sino por cierta prensa enredadora y vergonzosa.
El enorme flujo presupuestario para Educación merece esta supervisión experta y me alegra la buena disposición del ministro Navarro para acoger las críticas.
Una de las más terribles consecuencias del pésimo sistema formativo que hemos tenido hasta ahora es precisamente que gente sin valores ni sindéresis sube hasta erigirse en malos intérpretes de la realidad. Algún día hasta los párvulos podrán percatarse del fraude.