Dentro del Gobierno y del PLD confluyen dos corrientes pugnaces aparte de danilistas y leonelistas.
Hay una mayoría que cree que la hegemonía política que han alcanzado les autoriza a aplicar más radicalmente la visión estatista que subyace en la psiquis boschista del peledeismo. Otros liberales son minoría.
Abundan ejemplos de cómo un núcleo fuerte de compañeritos cree que todos los problemas dominicanos puede y debe solucionarlos el Gobierno. El caso más reciente es la espeluznante declaración del presidente del Indotel, abogando por la “muerte” de la entidad para crear un superministerio de comunicaciones.
Es pésima idea. Conviene más ajustar al Indotel a su rol legal para que allí no predominen los intereses particulares que deben regularse.
El delicado equilibrio entre la defensa de los consumidores, el estímulo a los inversionistas y la convenie del Estado difícilmente podría lograrse con otro ministerio .
¿Qué ocurriría con la representación de consumidores y empresarios? ¿Habría más o menos idoneidad u honestidad de los funcionarios si sus decisiones fuesen discrecionales? El Indotel no merece eutanasia.