Cada vez que hay un cambio de jefe de la Policía surgen más cananas (y no de pistola) de las imaginables, en lo que hay un “re-acomodo”… Pero poco cambia. Hace unos meses al jardinero de casa casi lo matan dos asaltantes para robarle un teléfono; lo apuñalaron y dejaron por muerto. Fue en La Ciénaga.
Se salvó milagrosamente. Otra empleada pasó un susto similar pero afortunadamente los pillos huyeron sin dañarla. La delincuencia campea y nos quedamos como idiotas.
A la Policía le han matado recientemente más de cien agentes y algunos pretenden que no se defiendan cuando son atacados.
El imperio de la ley requiere como fundamento orden y respeto. Hieden los seminarios, talleres o estudios sobre cómo combatir la delincuencia; sobran las declaraciones de los responsables. Y la cosa empeora.
La propia Policía dizque está podrida pero creo que sólo refleja la realidad social. ¿Veremos alguna ONG reclamando respeto a las vidas de los policías? ¿Cómo exigirles más si les damos tan poco que ni sus vidas valoramos?