Las discusiones sobre la inmigración haitiana, el registro civil y la nacionalidad dominicana, en las últimas semanas, distorsionan muchas realidades.
¿Ha cambiado de alguna manera –para bien o mal- cómo viven y trabajan los haitianos aquí, estén legal o irregularmente? Ojalá los dominicanos pudiéramos organizarnos para ocuparnos de nuestros emigrantes como hacen los haitianos con los suyos.
Puede que, pese a todo, aquí tratemos relativamente mejor a los haitianos que como hacen con los dominicanos allá donde van.
Por ejemplo, nuestros compatriotas en Estados Unidos están entre los peor pagados pero encabezan la lista de quienes remesan a su país la mayor proporción de su magro ingreso, casi una quinta parte o 19%, según el Diálogo Inter-Americano.
Nos ocupamos tanto de defendernos de las infamias que olvidamos abogar por los emigrantes nuestros, huérfanos de un “lobby” como el de Haití…