El día del “Nunca más” es para celebrar el fin de las dictaduras latinoamericanas. Este día se conmemora el 19 de junio, es dedicado a José Artigas, paladín de la libertad en la República Oriental del Uruguay. La celebración de un día de la libertad me llegó hace un tiempo, a través del documental “Esta es mi Tierra”, de Eduardo Galeano, también uruguayo, y premio Internacional Pedro Henríquez Ureña, 2015. Entonces, le oí decir: “Las banderas de Artigas, que son las banderas de la democracia, es para recordar que nunca más habrá dictaduras en el Uruguay”.
Las banderas del Frente Amplio ondeaban la llegada de la libertad de los uruguayos, después de varios gobiernos en que la libertad estuvo ausente.
La Operación Libertad, en Venezuela, muy pronto habrá de celebrar el derrocamiento del chavismo, que a su modo es visto como una dictadura que ha causado un horrible desastre humanitario, motivado al parecer por la ambición desmedida de riqueza de los líderes que, fingiendo ser partidarios de la democracia, de la revolución socialista, pretenden, mantenerse en el poder por tiempo indefinido. Gracias a la Asamblea Nacional y su Operación Libertad, liderada por el joven político Juan Guaidó, les llegará la luz de esperanza y el nuevo amanecer con ansia de democracia, libre y plena. Pero cuando todo haya finalizado, vendrá la Comisión de la Verdad, y entonces se verá el horror de la llamada Revolución Bolivariana de Venezuela y las mentiras de sus representantes. Ser antropólogo nos obliga reflexionar sobre un punto que creo está relacionado al conflicto de las dictaduras y la pérdida de la libertad: es el temor de la gente.
Esa humillación de vivir en un país que fue capaz de gobernarse 100 años (México), a través del Partido Revolucionario Institucional, un partido de “dictablanda”, en su última etapa, represivo y desconectado con la población. Y ahora en Venezuela, que se ha empobrecido terriblemente, gracias a un presidente atolondrado que, que en realidad, es el culpable de toda esa desgracia.
Pero las banderas del “Nunca más” es contra la corrupción, como forma de abuso de poder, en la que se observa que las masas populares no pueden luchar, y reconocen que no hay una solución al problema de la corrupción, gracias a los políticos, que para ilusionar a la gente, terminan pasando los casos conocidos a la Justicia, el último sistema de control. En la República Dominicana pagar un soborno no es un crimen, como lo es en Europa. Y con la experiencia del caso Odebrecht, pues, por esa causa, se abrieron procesos penales y hay mandatarios presos. Aunque luego, todos queden en libertad.
La sombra que empaña la alegría del pueblo dominicano es la desinstitucionalidad e irrespeto al que ha llegado el sistema constitucional, que junto con el tema de la corrupción política, se están cometiendo desvaríos que deben tener sus castigos. Ya llegará el momento histórico en que nos llegue el cambio. Y podamos salir a las calles a celebrar el día del “Nunca más”, pero todavía no se toma conciencia del valor de esta libertad.