Santo Domingo, RD. – El Día de las Madres coincide con la primavera, una estación de colores, viveza y renacimiento de la naturaleza, lo que entrelaza la esencia misma de ser madre: ese conjunto de cualidades que se resume con la palabra vida.
Es un momento para destacar las bondades de este ser maravilloso que, como reflejo de Jesús, es capaz de dar su propia vida por amor a un hijo, decidiendo ser madre sin importar los sacrificios o limitaciones que existan.
Es una fecha para celebrar a quien a diario te celebra, te enaltece y habla con un orgullo inigualable de ti porque eres su hijo, y no importa quién seas o lo que hagas, siempre están ahí para ser ese refugio seguro cuando lo necesites.
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En este día se destaca esa labor loable y eterna de las madres, con infinitas historias de inspiración, amor y resiliencia, como la historia de una destacada periodista con más de 30 años en el área del espectáculo:
Cristina Liriano: una vida marcada por el amor, la resiliencia y la fe
Cristina Liriano se define como una persona profundamente humana, guiada por el amor, la responsabilidad y la fe. En sus tres décadas de trayectoria profesional, ha demostrado ética, integridad y una gran dedicación al periodismo, convirtiendo cada desafío en una oportunidad.
Esta madre describe su maternidad como un reflejo de resiliencia, a pesar de haber recibido la noticia de que esperaba su primer hijo a una edad temprana. Cuenta el giro inesperado que dio su vida cuando, con tan solo 21 años, se convirtió en viuda con un niño de dos años aún en brazos y un embarazo de ocho meses, que fueron el motor para seguir adelante.
"Ser madre ha sido el viaje más desafiante y, al mismo tiempo, el más gratificante de mi vida", confiesa.
"Porfirio Faviel es mi primer hijo, el primer nieto y sobrino. Por ende, fue un niño que desde el vientre estuvo rodeado de amor y que me puso a mi en la ruta de tener en mis brazos al verdadero y más infinito amor que existe. Ana Mabel, mi segunda hija (que no conoció a su papá) llegó para salvarme, para no dejarme morir, para darme una lección de que la vida se acaba cuando uno muere. Ella fue mi tabla de salvación para no irme a la tumba detrás de mi esposo. Ella le tocó ver una parte fea de mi porque cuando llegó a este mundo yo estaba rota en mil pedazos, pedazos que luego recogí y me construí en lo que soy hoy por mis hijos".
Cristina destaca que cada embarazo es diferente y valora profundamente el amor incondicional de sus hijos y nietos. "Me convertí en madre joven, y a los 21 años, la vida me puso a prueba de una forma que nunca imaginé", recuerda. A pesar de los desafíos, la maternidad le enseñó a ser fuerte y resiliente.
Durante esta hermosa pero desafiante carrera de maternidad, Liriano califica como lo más difícil el pensar en partir de la vida terrenal y dejar solos a sus hijos, o que sean ellos quienes se vayan y la abandonen. “Soy abuela y el proceso del embarazo de mi hija cambió mi vida de una forma que hoy en día vivo aterrada; ella tuvo un embarazo que la puso al borde de la muerte” expresó.
Recuerda que el mayor susto de su vida como madre fue tener a su primer hijo con 17 años, aún sin conocimiento sobre sexualidad, pero con gratitud dice que lo más lindo de su etapa de maternidad ha sido cargar en sus brazos a sus nietos Amia y Xavier.
Mirando hacia el futuro, Cristina anhela pasar más tiempo con sus hijos y nietos, soñando con una vida familiar unida.
La periodista aspira a que la maternidad se fortalezca en los valores antiguos: "Me gustaría que las madres de esta generación volvieran a la crianza de antes, que marcaran en sus hijos los valores, la fe en Dios y que, cuando sus hijos tengan una conducta que no es normal, los abracen y luchen con ellos hasta resolverlo, que nunca los dejen solos en cualquier situación que tengan".
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Génesis García
Amante de la buena comida, las buenas conversaciones y la comedia. Locutora y Periodista, me gusta escribir de turismo y temas sociales.
