Ayer 31 de enero se celebró el Día de la Juventud. Este día ha sido reconocido como tal de manera oficial ya desde hace años.
El 31 de enero fue el nacimiento del sacerdote italiano San Juan Bosco, quien fue fundador de la orden salesiana, que tanto en República Dominicana, como en diversos países de América, África y Europa, constituyó diversas instituciones que perseguían el apoyo y orientación de los jóvenes de los más bajos estratos sociales.
Así fue en República Dominicana, donde los “oratorios” y colegios fundados por los salesianos trataban de servir a los jóvenes de las capas bajas y medias de la sociedad.
La franja de la juventud dominicana, que desde muy temprano tuvo una activa y destacada participación, fue la juventud estudiantil. Principalmente a partir de la caída del régimen de Trujillo, tanto por la acción conspirativa de jóvenes en el país como en el exterior.
Diversos factores contribuyeron a la aceleración de dicha caída, entre ellos el agravamiento de la centralización cada vez mayor de la acumulación del capitalismo trujillista, lo cual impedía el desarrollo del mercado interno.
Entre 1961 y 1965 se destaca la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED) la cual librará una tenaz lucha por la reforma estudiantil y en contra de los remanentes del trujillato.
En una segunda etapa, el movimiento juvenil estudiantil libra una gran lucha contra el régimen de fuerza del Dr. Balaguer, instaurado en 1966 y extendido hasta 1978. Aquí surgen movimientos clubísticos y culturales. En esta segunda etapa se destacarán también grupos contestatarios que se esfuerzan en el fomento del arte, la pintura, la poesía, etc., tales como “La isla”, “La carreta”, ”El puño”, “La máscara”, “La antorcha” y otras.
Una tercera etapa es la que observamos en la declinación tanto del movimiento estudiantil, como del movimiento clubístico juvenil.
En este periodo, en encuestas que se hacen en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) el 58 % del estudiantado declara no pertenecer a ningún grupo estudiantil (2005).
Es un periodo de debilitación extrema del movimiento juvenil y estudiantil.
Es el período en que comienza la tendencia dentro de nuestra juventud, aún más popular hacia la anti- política, es decir el rechazo al quehacer político pues encuentra que los políticos son los responsables de los graves problemas nacionales. A la par surge la música urbana, muchas de cuyas expresiones alejan de la política, promueven la violencia y el sexo más grosero.
Pero no todo es negativo, en el próximo artículo hablaremos de la juventud y marcha verde, Plaza de la Bandera y otras luchas; hablaremos de los grandes retos y expectativas que se abren con el nombramiento como ministro de la Juventud del joven sociólogo Rafael Féliz.