Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.
¿Te has preguntado, de manera consciente, qué hay detrás de cada cosa que te pasa, decisión que tomas, elección que debes hacer, persona que llega o se va, pérdida, tropiezo, equivocación o frustración? En conclusión, de cada acción, que se pueda o no controlar, de lo que somos y hacemos.
¿Lo has pensando? ¿Eres consciente de ello? ¿Dedicas aunque sea unos minutos cada día a analizar tu día y prepararte para el siguiente? ¿A pasar balance? ¿Dispones de tiempo para aprender de tus acciones y las de los demás? ¿Estás cien por ciento comprometido con tu aprendizaje personal? ¿Vives con intención?
Todas estas preguntas son buenas y válidas en nuestro existir. Y podrás decir, ¿para qué preguntarnos tantas cosas, por qué complicarnos tanto si, de por si, la vida ya es complicada sin estos cuestionamientos?
Solo si estás dispuesto a responder estas preguntas y formularte muchas otras, podrás vivir y tomar decisiones de manera consciente, aceptando lo que sucede y aprendiendo de ello.
En pocas palabras, todos tenemos que asumir ‘vivir con intención’. Este es el primer paso a reencontrarnos con la vida que, en verdad, deseamos, con más equilibrio y alegría. Sin culpar a otros, al destino o a Dios de lo que nos sucede. Ser más agradecidos. Sí, es bueno siempre dar gracias. Es parte del aprendizaje.
En lugar de preguntarnos ¿por qué a mi o por qué pasa determinada cosa?, hagamos un hábito el pensar ‘qué puedo hacer con…’ o ‘cómo me puede servir o ayudar esto’. Cambiar la mentalidad de cómo vemos los resultados.
Y es que detrás de cada frustración que superamos, de cada herida a la que sobrevivamos, de cada batalla que no nos destruya, solo puede haber aprendizaje. Ese que nos preparada para enfrentar mejor el siguiente escollo.
Muchas veces, mientras intentamos recuperarnos de una pérdida, enfermedad, fracaso o crisis, nos preguntamos si seremos capaces de sanar y si tendremos la energía para seguir. Mi respuesta a esos cuestionamientos siempre será un rotundo ‘sí’.
Decide hoy vivir con intención, con propósitos claros. Pasa del pensamiento a la acción y de ahí a resultados concretos.
