Es un escándalo político que algunos legisladores, quienes saben perfectamente cuánto daño causarían, apoyen demagógicamente el proyecto de Ley para entregar a sus titulares un 30% del ahorro en las cuentas de fondos de pensiones.

Políticos tan distintos como el presidente Medina y el expresidente Hipólito Mejía están de acuerdo en oponerse a esa farsa populista, que busca ventajas políticas a sus proponentes a expensas del sistema de pensiones.

Todo el liderazgo empresarial también rechaza esta irresponsable acción. Los recursos administrados por los fondos de pensiones están actualmente ayudando a preservar la precaria sanidad de la economía ante las tremendas tensiones financieras por los daños de la pandemia. Sería gravísimo ceder a la presión de unos cuantos ignorantes que han entusiasmado irresponsablemente a quienes lograrían inconscientemente destruir la integridad de sus fondos.

Sin embargo, sí merecen atención los reclamos para corregir que ninguna administradora pueda beneficiarse por gestionar un fondo más que el dueño del dinero, que ahorra forzosamente esperando una pensión digna. Esta inequidad no se arregla destruyendo al sistema.