Se continúa el envenenamiento de los arrecifes coralinos de Miches, no obstante haberse publicado en el Eldia.com.do, de fecha 24 de octubre de 2014, un escrito intitulado “El envenenamiento de los arrecifes coralinos de Miches”.
En este artículo se indicaba la actitud irresponsable de las autoridades municipales y de Medio Ambiente ante las reiteradas denuncias sobre el infortunio de este vital recurso natural del municipio.
Las autoridades municipales y medioambientales se han hecho de la vista gorda ante ese desastre. Contrariamente, han permitido que se construya una vivienda en una zona pública de la calle Duarte, dentro del área de la pleamar; lugar donde varios años atrás la Armada había impedido que se construyera un muro de contención para obstaculizar el ingreso de las olas del mar durante la marea alta y la época ciclónica.
De igual modo, se ha estado depredando, ante los ojos de las autoridades competentes, el manglar del refugio de vida silvestre protegido por la ley 202-04.
En la de la Bahía de la Gina, Punta de Mangles y Punta Jayán, se está practicando una forma de pesca llamada “la batidora”, que consiste en una malla metálica tirada por una embarcación, que arrastra y destruye toda la fauna y flora existente en el lecho marino de la zona, incluyendo los arrecifes coralinos, ya debilitados por el continuo envenenamiento.
Una parte de la cordillera Oriental que colinda con el Km. 14 de la carretera Miches-Seybo, está siendo devastada por tractores y bulldozzers, destruyendo el panorama de montaña, que es uno de los atractivos turísticos municipales, y poniendo en peligro el nacimiento de muchos ríos y arroyos, entre ellos, La Yeguada y Mojica.
Existen varias concesiones mineras en la cordillera oriental correspondiente a Miches, entre ellas la conocida con el nombre de La Mireya, que se han constituido en una “Espada de Damocles” contra la biodiversidad y el medioambiente municipal.
Ante tantas amenazas y crímenes contra las bellezas naturales de Miches, y ante el abandono de las autoridades competentes, ciudadanos de la localidad, como de otros lugares del país, están dando los pasos pertinentes para integrar una sociedad que proteja la biodiversidad y el medioambiente de este municipio, a los fines de contribuir a que se respeten y se cumplan las leyes correspondientes, y como medio de orientación a la población, para que esta se empodere y defienda sus derechos ecológicos establecidos en el artículo 67 de la Constitución de la República, el cual estipula lo siguiente: “Toda persona tiene derecho, tanto de modo individual como colectivo, al uso y goce sostenible de los recursos naturales; a habitar en un ambiente sano, ecológicamente equilibrado y adecuado para el desarrollo y preservación de las distintas formas de vida, del paisaje y de la naturaleza”.