Estos días han sido de gran provecho. Todo el tiempo que puedo, aplico el concepto de ver “el vaso medio lleno”. Busco el lado positivo de las situaciones.
La vida es más bonita cuando podemos ver la belleza inesperada, aun en los momentos más difíciles.
He aprendido a buscar una lupa o un farol que me ayuden a identificar los “porqués” de las situaciones difíciles que se me presentan en la vida, entender lo que estoy enfrentando y qué debo aprender de esa experiencia.
No pasa un día sin darle gracias a Dios que tengo mi propio “Pepe Grillo” que me recuerda volver al aprendizaje.
No hay nada más poderoso que los amigos sinceros; gente que están ahí para escuchar, ayudar a reflexionar sobre los pensamientos y temores; siempre dispuestos a ser esa voz que necesitamos.
Hoy doy un tributo muy especial a mi “Pepe Grillo” a quien acudo por un par de oídos y consejos. Conversaciones que nos llevan a lluvias de ideas, reflexión y mejores decisiones. Gracias por ser parte fundamental de mis fortalezas.
Así, con un gran torbellino de ideas y reflexiones, regreso a las labores cotidianas fuera del aislamiento impuesto por la cuarentena luego de dar positiva a la Covid-19; convencida de que soy más fuerte y capaz de ser y hacer un porvenir más satisfactorio.
Siempre con la disposición de ayudar a construir una comunidad y una sociedad más sana e integrada.
Cuando cada uno de nosotros hacemos lo que nos toca por derecho y decisión, garantizamos un mejor ambiente para todos. Y tú, ¿tienes tu “Pepe Grillo”? Si no lo tienes, ¿no crees que es tiempo de buscarlo o elegirlo?
Gracias a la Covid pude hacer un alto… Pero, con Covid o no, tienes la oportunidad de hacer tu propio alto y encontrar lo que es mejor para ti.