Hay una marcada tendencia de sitios noticiosos regionales en la web dominicana a divulgar noticias que no son verificadas, en las que se busca, talvez, dar un “palo noticioso” sin importar los graves daños que se pueda causar a las personas afectadas.
La comunidad haitiana constituye el principal blanco de esa línea de desinformación que provoca hacia ella una evidente malquerencia.
De los últimos, 2013 ha sido el año de fortalecimiento de esa línea con notables casos.
En esta ocasión se trata de una foto puesta a circular, que evidencia a un grupo de personas llevando una camiseta con la inscripción “Tomando nuestro territorio”. De inmediato, la versión dada a conocer identifica a los fotografiados como haitianos, quienes reivindicarían a República Dominicana como su territorio con fines de unificación de la isla.
Una rápida investigación por internet de voluntarios de la Fundación Zile estableció la existencia de un Ministerio evangélico con ese nombre, lo cual fue confirmado por tres pastores dominicanos de la misma denominación religiosa.
TNT (Tomando Nuestro Territorio) no tiene políticamente nada que ver con Haití ni República Dominicana. Los dos países constituyen un terreno de proselitismo religioso a través del cual se arenga a los adeptos en la lucha en contra de Satanás para lograr tomar el territorio que pertenece a Dios. Es la explicación ofrecida por los pastores.
Cuando hicimos llegar un mensaje acompañado de las direcciones electrónicas de referencia, incluyendo la página en Facebook del Ministerio a uno de los medios desde donde se sirvió la información base, la repuesta fue: “Nosotros hemos recibido la denuncia y la hemos hecho pública. Gracias por enviarnos la nota aclaratoria, aunque todavía quedan interrogantes que necesitamos aclarar para publicar su punto de vista en nuestros medios”. Entre otros pedían la dirección física del Ministerio.
Resulta profundamente preocupante lo que está pasando en términos de manejo y difusión de las informaciones relacionadas con la migración haitiana en República Dominicana, no tan solo en ciertos sitios de la web, sino hasta en algunos de los medios tradicionales.
Una iniciativa noble de la cátedra UNESCO que funciona en la PUCMM fue satanizada por los grupos nacionalistas. La misma buscaba provocar una nueva mirada sobre las relaciones domínico haitianas.
El proyecto dio la oportunidad de interesantes intercambios entre comunicadores de los dos países, permitiendo así un flujo de informaciones fácilmente verificables.
Valdría la pena que órganos oficiales competentes dominicanos, en particular la Dirección de Información de la Presidencia, pusieran una especial atención a esa situación en el marco del relanzado diálogo con Haití. Asimismo, ver la posibilidad de organizar talleres de formación sobre los tópicos de la agenda bilateral para los profesionales de la comunicación.
Respecto al imaginado plan de fusión de la isla es preciso decir que los haitianos somos los primeros en rechazarlo porque Haití estaría subyugada a República Dominicana como país institucionalmente más fuerte.
En vez de dividirnos, ese tema usado como motivo soterrado de rechazo a la migración haitiana debería unirnos en contra de sus promotores, si es que fueran sinceros quienes lo plantean, por ser repudiado con igual energía por los dos pueblos.
