Con el revuelo de la pandemia por el Covid-19 se ha estado hablando y recomendando el uso de la luz ultravioleta para la desinfección, sin embargo el uso de dicha luz viene desde hace mucho tiempo atrás, desde su descubrimiento en 1878, la han utilizado en hospitales, aeropuertos, aviones, fabricas, oficinas, desinfección de agua potable, etc. La misma la han utilizado con éxito para anular la transmisión de tuberculosis y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó el uso de esta en las habitaciones como medio para controlar esa infección.
El uso de luz UV es empleado para destruir el material genético de los microorganismos, tales como virus, bacterias y hongos, con dicha destrucción se le impide su capacidad de multiplicación.
En la actualidad todavía no existen investigaciones científicas que avalen y lleguen a la conclusión de que la luz UV es efectiva contra el nuevo coronavirus, sin embargo, existe evidencia de que destruye otros coronavirus, como por ejemplo el que provoca el SARS. Por esta razón muchos especialistas en enfermedades infecciosas piensan que también se puede utilizar para el Covid-19.
Es importante conocer y manejar el uso de la luz UV; funciona para desinfectar el aire o el ambiente y superficies en donde pudo haberse expuesto el virus. Es un ayudante en la desinfección, por lo que, no debe descartarse el uso de desinfectantes sobre las superficies. Primero debe limpiarse y desinfectarse el lugar con los productos de higiene para luego hacer uso de la luz.
Las consecuencias de no conocer los efectos secundarios de la luz UV pueden ser preocupantes. Exponerse a esta luz es dañino para la piel y los ojos de humanos y animales al cabo de muy poco tiempo de exposición. Puede causar daños en el ADN y ARN de todos los sistemas biológicos, provocar fotoqueratitis, cataratas, daños en la retina, quemaduras en la piel y la exposición excesiva puede causar cáncer en la piel.
Durante el uso de la luz no deben haber personas dentro del salón, es preferible que se utilice la lámpara con un apagado automático al término del ciclo, concluido dicho ciclo se debe evitar entrar al salón dentro de mínimo 30 a 45 minutos.
No se recomienda su utilización para la esterilización de manos u otras partes del cuerpo. Avisar a las demás personas que la zona está siendo esterilizada por luz UV para evitar la entrada. Se debe prender y apagar la lámpara con un control remoto. En caso de que alguien haya estado expuesto accidentalmente a la luz y tenga síntomas de daños, debe consultar un médico.
Las áreas donde se brinda atención de pacientes, entre ellos los consultorios odontológicos deberían hacer un uso responsable de la luz UV para ofrecer un ambiente más confiable y con un porcentaje de contagio menor del nuevo coronavirus. Particularmente en mi consultorio ya se comenzó a utilizar este método.
Por encima de las limitaciones su utilización puede ser un excelente complemento para la inactivación del Covid-19.
Dios te bendiga abundantemente.