Deseo sexual hipoactivo (DSH), la aversión sexual y el trastorno del deseo sexual hiperactivo.

Entre los indicadores del DSH encontramos el no tener fantasías ni pensamientos sexuales, rechazar las aproximaciones con la pareja inventando excusas para no tener intimidad sexual, no iniciarla ni corresponderla, no disfrutar de los encuentros sexuales, disminución de la frecuencia de estos y repeler la intimidad. Puede aparecer secundario a otra disfunción sexual.

Puede provocarlo la educación restrictiva que muchos todavía reciben en la que se manejan conceptos que involucran la culpa y el pecado con respecto a la intimidad sexual y algunos mitos y tabúes que están arraigados en la mentalidad social.

De las causas físicas que lo producen encontramos el descenso de la testosterona, que es la hormona del deseo sexual, algunos síndromes, enfermedades crónicas, el alcoholismo y el uso de otras drogas no legales.

Existen medicamentos para trastornos cardíacos, gástricos y otras enfermedades que pueden producir el DSH.

Algunas cirugías como la de mama, histerectomías, ligaduras de trompas, prostatectomías, pueden producir una vivencia castratoria que podría instaurar un sentimiento de desvalorización llevando a disminuir el deseo sexual y posteriormente a otros trastornos sexuales de no ser tratados a tiempo con psicoterapia.

Las crisis vitales: embarazo, postparto, menopausia, andropausia, jubilación pueden provocar DSH. Importante identificar entre las causas, las disputas en la pareja, lucha de poder, la rutina, técnicas sexuales inadecuadas o no aceptables para el otro. Puede amar a su pareja y sufrir de DSH.
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