Desenredando los hilos de la madeja

Desenredando los hilos de la madeja

Desenredando los hilos de la madeja

Lentamente los hilos de la madeja se van desatando dejando entrever lo que hay.

El PLD tiene un objetivo evidente: utilizar los medios que controla (Senado, Cámara de Diputados, tv y radio) para imponer una JCE y un TSE que le sean adictos.

Pero sus estrategas al mismo tiempo perciben que una creciente e importante parte de la sociedad civil apuesta a la transparencia de los próximos comicios electorales como garantía de la gobernabilidad. Esta es también la actitud de la oposición, que ahora se ha unificado, lo cual no pudo lograr antes de las elecciones.

Los hechos acaecidos antes y durante el proceso electoral pasado, la evidente parcialidad de la JCE y el TSE en favor del PLD, la desigualdad en la utilización de los medios, la utilización abierta de los recursos del poder, hechos reconocidos públicamente en el reciente informe de la OEA sobre esos comicios llamando a una transformación equitativa de los instrumentos electorales, han provocado que el poder político, en manos del danilismo, trate de ejecutar sus objetivos simulando cumplir con los preceptos constitucionales, pero en el fondo apadrinando cortes electorales compuestas por personas adictas a esta facción del PLD.

Y en ese dilema se debaten internamente los círculos de poder.

El colapso del Dialogo era, pues, previsible. El PLD estaba entreteniendo a la oposición con debates estériles sobre lo que era primero si la ley de partidos o la ley electoral, mientras por otro lado, el Senado avanzaba una agenda para designar los miembros de estos organismos, sin tener en cuenta el Dialogo que se había iniciado en la Ucamayma.

Esto explica la preocupación de las principales organizaciones de la sociedad civil demandantdo la restauración del Dialogo, hasta tal punto que han sugerido la intervención directa del Presidente de la República para restablecer las conversaciones entre los dialogantes.

Una de dos. O el danilismo, desoyendo a la sociedad civil y a la oposición impone jueces electorales adictos a su facción o se llega por medio de consultas a jueces de consenso, independientes y apartidaristas.

La primera salida tiene implicaciones claras: se abriría un periodo de ingobernabilidad y de incertidumbres en la vida política y la posibilidad de que la oposición se abstenga de participar en las elecciones de 2020.

La segunda salida, por el contrario, oxigenaría la dinámica política dominicana, posibilitando acuerdos interpartidarios para consensuar la ley de partidos, la ley electoral, o un código electoral.

El PLD, que se vanagloria de que se mantendrá en el poder durante muchos años más (ellos hablan hasta 2040 ) y que tienen la fuerza electoral para alcanzar esa meta, no tienen, pues, nada que perder aceptando cortes electorales independientes, si de antemano creen que tienen al pueblo bajo sus órdenes.



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