Santo Domingo.-Los repartidores de pedidos de comida, paquetería y que ofrecen servicios de transporte, han empezado a reaccionar sobre su condición laboral, pidiendo les sean aplicados los derechos de los trabajadores tradicionales, basándose en las condiciones en que realizan su labor.
Este lunes, decenas de repartidores de PedidosYa realizaron un piquete frente a las instalaciones de la citada empresa, exigiendo una respuesta tras la muerte de uno de sus compañeros en las lluvias que anegaron la ciudad.
Los protestantes anunciaron paralización de labores para este martes “hasta que les resuelvan a la familia de Luisinky y a nosotros”, dijeron.
Aseguraron reciben el tratamiento de desechables.
La Asociación Dominicana de Conductores de Aplicaciones (ADOCAPPS), denunció ver con preocupación que las plataformas digitales de transporte no hayan corregido las tarifas.
El presidente del gremio, Odalís Vega, indicó que ya en Estados Unidos, Canadá y Panamá, las plataformas han corregido los precios de las tarifas para ayudar a compensar los costos.
Cada aplicación tiene su propia reglamentación y apuntan a estimularles a mantener una jerarquía y a su vez recibir más notificaciones para los servicios, como forma de ganar más dinero.
Avisos previos
En una serie de reportajes publicados por el EL DÍA en febrero de este año, se hizo referencia a la problemática que enfrentaban los denominados sociorepartidores.
“Después que enciendes la aplicación no puedes parar y me siento incómodo, porque si un cliente te da 100 pesos de propina, ellos se quedan hasta con RD$75”, dijo en aquella ocasión Alberto Peralta.
No tienen seguro médico, ni de riesgos laborales ni facturan en las Aseguradoras de los Fondos de Pensiones. Solo cuentan con seguro de vida pagados por ellos mismos y que les es exigido como requisito para ser aceptados en las plataformas que canalizan sus servicios.
“Son muchos los que se han ido con una mano delante y otra detrás, con clavos en las piernas y nadie intercede por ellos. Y desde que tienes un accidente, la plataforma te expulsa inmediatamente”, dijo Frank Elías, otro repartidor de PedidosYa.
Las condiciones que ofrecen las compañías versan sobre la independencia del repartidor, no obstante, el modelo de pago está anclado en un “gane según cantidad de trabajo”, lo que suele estar desconectado de la realidad de la ciudad e incide (aunque sin excusar a los repartidores), en violaciones de las leyes de tránsito y el manejo temerario que suelen exhibir.
Situaciones complejas
La cantidad de repartidores aumentó drásticamente en las grandes ciudades tras la pandemia de la Covid-19.
Se trata, en su mayoría de empleados despedidos, microempresarios quebrados, jóvenes con deudas pendientes y padres de familia con múltiples hijos y pareja.
Se quejan de los policías, de las multas de los agentes de la Digesett, y de los atracadores.
“U porque los ladrones, los de la Digesett y los policías, todo el mundo anda detrás de uno buscando su dinero, los policías nos revisan las mochilas, los delincuentes nos quieren quitar el celular, nos piden que abandonemos el motor. No es fácil”, afirma Gabriel Débora, otro socio repartidor.
Su situación ha incidido en que en muchos casos decidan andar en pareja, y dividirse las ganancias.
Castigo a delíveris
— Notificaión
“Esta semana estoy en la categoría cuatro, el renglón del castigo, me llegan muy pocas notificaciones, por lo que pasaré la semana realizando pocos servicios”, manifestó un delíveri motorizado quien trabaja por 12 horas.
Repartidores lograron acuerdos tras protestas
Caso. La exigencia de mejores condiciones laborales por parte de repartidores de las plataformas, han sucedido en otros países logrando acuerdos parciales y cambio en la modalidad de pagos que implementan compañías.
Por ejemplo, en junio de este año, PedidosYa, emitió en Panamá un comunicado en el cual se comprometía con las principales solicitudes de los repartidores consistentes en un mejor rendimiento de su actividad económica.
En dicho país, los repartidores llegaron a paralizar el servicio por varios días tal como amenazan hacerlo en República Dominicana tras los eventos desencadenantes.