Barcelona, España.-En casi todos los barrios de las ciudades de España puedes encontrar todo tipo de negocios que en cualquier momento puedes necesitar, sin tener que trasladarte lejos o hacer uso del transporte privado o público. Dulce ventaja al alcance de la mano.
Conocí a Pedro Guerra, el sastre del barrio, un día que tuve problemas con una falda que deseaba usar. Bajo una ligera lluvia salí a buscar alguien que pudiera arreglarme esa pieza rápida y a buen precio.
Luego de caminar varias esquinas del sector, me encontré de repente con un pequeño negocio que decía: “se arregla todo tipo de ropa”.
Asomé mi cara a la puerta de vidrio y me fijé en el muchacho tras la máquina de coser. Parecía paisano.
Entré en su negocio y pregunté el precio por arreglar la falda.
Luego la conversación derivó en otros temas en común y hasta hoy soy cliente habitual.
Pedro es un emprendedor
En Santo Domingo posee su negocio todavía de sastrería y arreglo de ropa en plena avenida Tiradentes.
Al llegar a Barcelona consiguió un trabajo como asistente en un taller de confección y luego de un tiempo renació en él la idea de emprender en esta ciudad y así producir en las dos monedas.
Siete años de vida y trabajo con negocio propio y, por supuesto, con el deseo perenne de regresar algún día.
Pedro es un emprendedor muy considerado en el barrio y es muy bien acogido desde el primer día, según pude constatar.
Despierta respeto ante una población que no estaba acostumbrada a ver a un dominicano con un negocio de este tipo y demostrando un trabajo digno y serio. A veces las malas actividades de algunos empeñan la colectividad.
Este sastre dominicano despierta admiración, dado que no es nada sencillo mantener un negocio de este tipo en estos momentos de cierta precariedad económica para muchos, pero que esa misma situación ha sido interesante porque muchos en vez de comprarse ropa reforman las piezas que ya tienen y se compran menos.
Me cuenta que su hermano está a cargo de su otro negocio de arreglar ropa en Santo Domingo y desea abrir otro taller allá.
En su momento, abrir el negocio aquí en Barcelona le tomó algunos papeleos y diligencias varias como en todas partes.
Pedro encontró ayuda en Barcelona Activa, que es una institución del Estado que orienta al emprendedor que desea montar su propio negocio, sin importar el área de trabajo.
Incluso te orientan para fines de préstamos bancarios o financiación de algún tipo, y resulta mucho mejor que montar cualquier cosa de manera independiente.
Es asesoría completamente gratuita.
Con la crisis económica la orientación en materia de emprendimiento por parte de esta organización se disparó y siempre hay que esperar para participar en sus cursos y talleres de formación profesional en distintos ámbitos.
Pedro se siente contento, aunque hay días en que la producción no siempre es abundante, siente que se dedica a lo que siempre ha trabajado y que cada día es una aventura por mantener su pequeño taller.
Continuará en esta ciudad por un tiempo más haciendo crecer su negocio, criando a sus hijos con su familia y anhelando cuando llegue el momento de regresar y llevar a cabo sus planes de expansión en sus talleres de costura en Santo Domingo.