Desarrollo, minería y medio ambiente

Históricamente la minería ha sido una actividad extractiva generadora de grandes conflictos donde ha operado. Esta actividad, basada en la explotación de recursos naturales depositados en el subsuelo, ha generado grandes recursos económicos, pero a su vez ha provocado una gran “huella ecológica”.

Son muy pocos los países en el mundo que han llegado al “desarrollo” basado en los recursos naturales.

Los países que tienen importantes recursos naturales, los cuales los pueden utilizar para promover otros sectores claves de la economía, se encuentran con el dilema de explotación o conservación de sus recursos. A partir de ese dilema ha surgido un nuevo vocabulario que incorpora conceptos, tales como, a saber: producción sostenible, minería responsable o sustentable, agricultura orgánica, economía verde, entre otros.

Desde la llegada de los españoles a la Hispaniola la extracción de recursos minerales ha estado presente en nuestro país. Oro, plata, ferroníquel, bauxita, entre otros, han sido de los principales minerales que han sido extraídos por los españoles y las empresas transnacionales.

A pesar de esa situación, el país nunca ha tenido una “ley de ordenamiento territorial” que clasifique nuestro espacio territorial e indique la vocación de los suelos.

Históricamente, nuestro país nunca ha aprovechado los recursos provenientes de la minería para dar un salto cualitativo y así lograr metas societales de largo plazo. Los hechos son extremadamente contundentes en ese sentido. ¿Dónde están los recursos de la Rosario Dominicana?, ¿dónde están los recursos de la Alcoa y los de la “Falconbrigde? Este ha sido el único país del mundo donde “quebraron” una importante empresa minera, como fue el caso de la Rosario Dominicana.

Pero existen otros motivos más contundentes y técnicos para desconfiar en la minería como actividad utilizada para sustentar un crecimiento de largo plazo, y es que la tasa de consumo sostenible proveniente de la explotación de la minería en el país ha sido superior a la tasa de los recursos renovables, utilizados de modo sostenible para sustituir el daño provocado por esta actividad. Cuántos recursos estas empresas mineras han invertido en parques eólicos, en placas fotovoltaicas y plantaciones de árboles, de manera que cuando el oro, el ferroníquel y la bauxita se hayan agotado todavía esté disponible un flujo equivalente de recursos renovables?

Pienso que estos recursos invertidos por estas empresas para la renovación del daño o huella ecológica han sido insuficientes.

La regla de oro para que la minería o cualquier actividad sea sostenible es que genere una cantidad de recursos renovables que disminuya el nivel de sumidero de contaminación mucho más allá de la existencia de recursos no renovables que ha explotado.

Ese no ha sido el caso de la minería en nuestro país, por lo que los dominicanos tenemos que ser muy celosos con la explotación de nuestras riquezas naturales.