Desarrolladores aseguran que proyecto en La Cuaba será una industria de valorización de residuos, no un vertedero

Santo Domingo. Los desarrolladores del proyecto Oakhouse explicaron la iniciativa que se construirá en la comunidad de La Cuaba corresponde a una moderna planta de valorización de residuos sólidos, diseñada bajo estándares técnicos y ambientales de última generación, y que no se trata de un vertedero a cielo abierto ni de una instalación contaminante.

A través de un comunicado aclararon que Oakhouse será una industria completamente techada, operada por ingenieros y personal técnico especializado, dedicada al aprovechamiento, transformación y valorización de residuos sólidos como vidrios, plásticos, papeles, cartones, metales y materia orgánica, con fines comerciales e industriales.

Este modelo permitirá convertir los residuos en materias primas reutilizables, generando empleo, desarrollo económico y beneficios ambientales, sin afectar la calidad de vida de las comunidades cercanas.

Comunitarios de La Cuaba, en Pedro Brand, se declararon estar en vigilia permanente desde este jueves en rechazo del proyecto.

En ese contexto, el geólogo Osiris de León, asesor del proyecto, explicó que Oakhouse responde al concepto moderno de industria de valorización, muy distinto al de los antiguos vertederos a cielo abierto. Señaló que los líquidos contaminantes (lixiviados) se generan cuando las aguas de lluvia entran en contacto con residuos expuestos, situación que no ocurrirá en Oakhouse, ya que todo el manejo de residuos se realizará bajo techo, evitando cualquier riesgo de contaminación del suelo, subsuelo o fuentes de agua.

De León aclaró que existe una percepción errónea que asocia automáticamente el manejo de residuos sólidos con experiencias pasadas como el vertedero de Duquesa, pero enfatizó que República Dominicana ya no puede ni debe seguir utilizando vertederos a cielo abierto. Indicó que la nueva Ley 98-25 promueve la industrialización, aprovechamiento y valorización de residuos, alineando al país con las mejores prácticas internacionales de economía circular y gestión ambiental sostenible.

Desde el punto de vista geológico, el experto destacó que el terreno seleccionado para Oakhouse presenta condiciones naturales altamente favorables, al estar conformado por rocas volcánicas basálticas, una formación prácticamente impermeable y sin porosidad, lo que impide la infiltración de aguas hacia el subsuelo. Esta condición geológica ofrece una protección ambiental adicional y refuerza la seguridad del proyecto.

Asimismo, explicó que la selección del sitio responde a criterios técnicos rigurosos, que incluyeron evaluaciones de geología, hidrología, topografía y seguridad ambiental. El diseño de la planta incorpora drenes franceses perimetrales, destinados a manejar adecuadamente las aguas pluviales, garantizando que permanezcan dentro del perímetro industrial.

Como parte de su enfoque de transparencia y prevención ambiental, el proyecto contempla la instalación de cuatro pozos de monitoreo permanente del agua subterránea, ubicados en los cuatro puntos cardinales externos a la planta Oakhouse. Estos pozos estarán disponibles para la supervisión de autoridades, entidades independientes y la comunidad, permitiendo muestreos abiertos y verificables.

Los desarrolladores señalaron que Oakhouse ha sido concebido como el primer paso de una futura zona franca industrial, orientada al desarrollo local y regional, diseñada para compatibilizar la actividad industrial con la seguridad ambiental y la tranquilidad comunitaria. Afirmaron que el proyecto aspira a convertirse en un referente nacional y regional en valorización de residuos sólidos y desarrollo industrial sostenible.

Finalmente, destacaron que Oakhouse es un proyecto sustentado en ciencia, ingeniería ambiental preventiva y apertura al escrutinio público, con mecanismos de control verificables. En palabras del geólogo Osiris de León, cuando un proyecto se explica con datos científicos y se abre a la fiscalización ciudadana, la confianza deja de ser un acto de fe y se convierte en una conclusión técnica respaldada por hechos.