Venecia Joaquín
Nuestra nación es rica en recursos, pero mal distribuidos. Tenemos un grupito de millonarios y una mayoría sumergida en la miseria.
Esa injusticia se pone de manifiesto con vendedores ambulantes por las calles; con la migración del campo a la ciudad, abandonando la agricultura; con el aumento de la delincuencia. El sistema anda mal.
El Gobierno debe establecer un plan de desarrollo integral, armónico, equilibrado, humano, que combata los males desde las raíces.
Necesitamos fuentes de trabajo, ¡que los recursos lleguen al pueblo! Solo así, se corregirán las anomalías, dentro de ellas, los miles de vendedores ambulantes por las calles de la nación.
Hay señales de que el Gobierno quiere atender esta situación. Se observa con el plan de alfabetización, las visitas sorpresas a las comunidades, proporcionando herramientas para producir, fomentando las micros, pequeñas y medianas empresas (pymes). Mientras tanto, ¡dejemos las familias que busquen la comida donde sea, de manera honesta!
Me indigné al enterarme que la policía Amet ha sido instruida para recoger, dispersar, desalojar, los vendedores ambulantes. Les están cerrando el paso, despojándolos del único medio decente que tienen a su alcance, para que sus hijos sobrevivan. ¿Qué les dan en cambio?
Entiendo la preocupación de las autoridades, pero los males no se corrigen por la rama, sino atacando las raíces.
El que estas personas se dediquen a limpiar vidrios, parquear vehículos, vender frutas, vegetales, lentes, velas, alcanfor, etc., es sintomática.
Es indicador de que desean trabajar, no robar, que tienen necesidades de producir para comer, es indicador de que el sistema económico y social debe ser cambiado.
¡Basta de ocultar la miseria, basta de querer meter los infelices debajo de la cama para aparentar desarrollo!! Me duele que los despojen de su única fuente de producción.
¿Les proporcionan otra o los empujan a ser delincuentes?
Entiendo que los vendedores ambulantes se han multiplicados en los últimos diez años. Se deben buscar y eliminar las causas.
Pienso que la Policía debe ser enviada a sacar los corruptos de las instituciones, a cerrar fundaciones y negocios privados establecidos con dinero del pueblo, a detener empresarios agrícolas y de la construcción que contratan inmigrantes ilegales, quitándole ese espacio a los criollos. ¿Por qué no comienzan desalojando esos males?
La mayoría de los vendedores ambulantes son honestos, trabajadores.
Es posible que se filtren desaprensivos, irrespetuosos, que deben ser llamados al orden. Creo que mientras no haya limite para tener poder y dinero, mientras la justicia sea un desastre, debemos dejar los vendedores ambulantes en la calle, buscando el pan para sus hijos.
Ellos están dando, de las pocas lecciones positivas que recibe la juventud: que no importa el hambre, la miseria en que se viva, el dinero debe ganarse de manera honesta y digna.
