Desde que tengo conocimiento he venido escuchando voces agoreras vaticinando el final del mundo.
A cada momento aparece alguien que después de sostener “un diálogo” con el Señor comienza a dar fechas exactas sobre el final de la humanidad.
Sin embargo, todos han errado en sus pronósticos, los cuales sacan debajo de la manga, siempre con el único objetivo de amedrentar o sacar beneficios de cualquier índole, en especial económicos.
El mundo no está llegando a su fin porque alguien lo vaticine.
Se muere lentamente, debido a que el hombre desde siempre ha depredado.
En los deportes, cada día es más notorio el tremendo impacto negativo que se viene dando por los escándalos de corrupción, no solo en términos administrativos, sino también en el mismo terreno de acción, ya sea en el estadio, el cuadrilátero, la pista o el tabloncillo.
El deporte es una de las actividades más sanas, sin embargo, la proliferación del consumo de anabólicos y otros tipos de esteroides, por parte de íconos de las diferentes disciplinas, han venido a derribar la famosa frase del poeta romano Décimo Junio Juvenal de “mente sana en cuerpo sano”.