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Depresión: una mirada profunda hacia la sanación

Dilenia Cruz Por Dilenia Cruz
Dilenia Cruz
📷 Dilenia Cruz

La depresión no es sólo tristeza. Es un estado emocional profundo que puede envolver a la persona en una sensación de vacío, apatía y desconexión con la vida. Sus causas pueden ser múltiples: pérdidas importantes, duelos no resueltos, traumas, estrés prolongado, desequilibrios neuroquímicos o incluso heridas emocionales de la infancia.

Desde la mirada de las constelaciones familiares, la depresión también puede tener raíces en dinámicas inconscientes dentro del sistema familiar. A veces, una persona carga con emociones que no le pertenecen —dolores, culpas o duelos no expresados de generaciones anteriores— como una forma de lealtad invisible.

En estos casos, la depresión puede ser una expresión silenciosa de algo que no ha sido visto ni reconocido en la historia familiar. Por ejemplo, alguien puede sentir una tristeza inexplicable que, al explorarla, se conecta con la historia de un abuelo excluido o de una pérdida no nombrada en la familia.

Las constelaciones permiten mirar y ordenar ese sistema, devolver lo que no es propio y ocupar el lugar que a uno le corresponde con más ligereza.

Salir de la depresión requiere más que querer sentirse bien. Requiere ayuda. Psicoterapia, tratamiento médico si es necesario, acompañamiento emocional y herramientas como las constelaciones familiares pueden abrir caminos hacia la sanación.

No hay una sola vía, pero lo importante es decidir buscarla. Un ejercicio simple desde las constelaciones: cierra los ojos, respira y di internamente: “Honro tu historia, pero elijo vivir mi propia vida”, dirigiéndote a quien percibas que estás cargando emocionalmente.

A veces, reconocer y soltar es el primer paso para sanar. Pedir ayuda no es rendirse: es un acto de amor propio. La depresión no define tu destino. Con acompañamiento y conciencia, es posible volver a sentir alegría y sentido.

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