PUERTO PLATA.- Por la inacción de las autoridades medioambientales, el río San Marcos de esta jurisdicción, se encuentra en una condición agonizante debido a los efectos nocivos de la deforestación en su cuenca y la tremenda contaminación que presenta su cauce casi extinto.
Este afluente que en décadas pasadas tuvo un nutrido caudal de aguas cristalinas, a donde miles de personas acudían a abastecerse de agua potable o a sofocar el calor disfrutando de un baño refrescante, hoy se ha convertido en un basurero y en un depósito donde desembocan centenares de cloacas sanitarias.
“Yo vine a Puerto Plata en el año 1980 y recuerdo que este río era un encanto. La gente venía en grupos a bañarse y había una poza que le llamaban La Sepultura por la gran profundidad que tenía la misma casi debajo del puente en las cercanías de la Zona Franca”, sostuvo el ciudadano Armando Trinidad.
De igual manera, la señora Ángela Sandoval Martínez con un dejo de angustia reflejado en su rostro, recordó que el río San Marcos era muy bonito, donde la ciudadanía se refrescaba en los días calurosos de verano, pero lo mataron contaminando sus aguas y cortando los árboles que existían en su área de influencia.
Otros ciudadanos consultados por este redactor, indicaron que les apena que sus nietos ahora no puedan disfrutar de ese afluente ya que sus aguas se pudrieron, mientras que las autoridades competentes no hicieron nada para evitar ese crimen ecológico que mantiene a punto de la desaparición al río San Marcos.
En una simple inspección visual al lecho del mencionado río, solo se observan montones de basura de todo tipo que son arrojados allí cada día, entre los que se denotan electrodomésticos viejos, ropas, pedazos de colchones, sillas plásticas rotas, platos y vasos desechables (tipo foam), zapatos, hielo seco, cartones y desechos de construcción.
Un aspecto contaminante que cabe resaltar, es que toda la basura que es arrojada al río San Marcos, va a parar directamente a la bahía de Puerto Plata debido a que es arrastrada hasta allí por las crecidas que experimenta esa fuente acuífera, cuando se producen lluvias prolongadas y copiosas en esta jurisdicción.
Ni hablar de los millones de coliformes que contaminan dicho río al descargar en su lecho numerosas cañerías sanitarias de centenares de viviendas de los sectores que conforman la comunidad San Marcos, además de las barriadas El Javillar y Nuevo Renacer (Aguas Negras).
Esta situación continua latente, a pesar de que recientemente fue construido por el Estado con una inversión millonaria, un emisario submarino que recolectaría todas las aguas residuales de esta ciudad turística, pero como dice un popular refrán: “del dicho al hecho, siempre hay mucho trecho”.
Lo más indignante de esta problemática, es la indiferencia que exhiben los funcionarios de la dirección provincial de Medio Ambiente, la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Puerto Plata (CORAAPPLATA) y del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INDRHI), quienes ni siquiera hablan “de estado natimuerto” del río San Marcos en esta ciudad turística San Felipe de Puerto Plata.