José Armando Tavárez
La pandemia provocó un aumento importante en la dependencia que tenemos de las plataformas tecnológicas. Para poder continuar con la educación, el trabajo y los medios de comunicación, muchos tomaron la decisión de acelerar la migración hacia lo digital, implementado los procesos de transformación digital en sus organizaciones.
Los seres humanos, con su gran capacidad de adaptación, continuaron sus vidas mediante un aumento del uso de las tecnologías digitales.
Sin embargo, esto también provocó un incremento en la cantidad de incidentes o ataques cibernéticos, así como casos de ciberdelincuencia.
La digitalización de la vida humana supuso muchas ventajas para sostener y asegurar la continuidad de nuestro estilo de vida, pero también provocó el surgimiento de una nueva etapa en las vulnerabilidad y peligros a los que nos enfrentamos en el mundo interconectado.
La caída reciente o fallo de los servicios de algunas redes sociales, como WhatsApp, Facebook e Instagram, puso en evidencia la gran dependencia que tenemos de dichas plataformas tecnológicas. Gran parte de la comunicación que se realiza diariamente pasa por alguno de esos medios y prácticamente quedaron interrumpidas por varias horas.
Además, muchos emprendedores han basado todo su modelo de negocio en dichas plataformas. Es decir, se perdieron millones de dólares por que muchas de las transacciones de comercio electrónico se vieron paralizadas por dicho incidente.
Todas las crisis generan aprendizajes. Las lecciones que debemos aplicar de una interrupción global de las plataformas digitales es que es muy necesario tener un plan de contingencia. Una buena estrategia digital siempre incluye canales alternativos de comunicación y esquemas que permitan mantener nuestras operaciones institucionales.
Las personas hacen uso intensivo de las herramientas tecnológicas y son definidas por ellas en muchos aspectos, pero esto no excluye que seamos conscientes de sus debilidades y que tengamos siempre acciones que aseguren que nuestras vidas, nuestras organizaciones y nuestro país puedan seguir funcionando. Sigamos usando nuestras tecnologías con un adecuado plan de ciberseguridad.
Tengamos confianza en que podemos superar cualquier obstáculo. ¡Ánimo!
