Demoras en papeleo ponen trabas a haitianos en Estados Unidos

Demoras en papeleo ponen trabas a haitianos en Estados Unidos

Demoras en papeleo ponen trabas a haitianos en Estados Unidos

Boston.- Miles de inmigrantes haitianos que viven en Estados Unidos de forma legal están encontrando trabas para conseguir trabajo y viajar porque el gobierno de Donald Trump ha demorado el proceso para renovar los permisos de las personas en situación protegida, según líderes comunitarios.

La agencia publicará detalles el jueves sobre los próximos pasos para los 60.000 haitianos que disfrutan de esa protección, según indicó una portavoz del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de Estados Unidos (USCIS por sus siglas en inglés).

Sin embargo, inmigrantes y activistas señalan que la información llega muy tarde para ayudar a los miles de haitianos que tienen documentos migratorios que indican que su permiso de trabajo y residencia expira el lunes.

Algunos se preguntaron, a la luz de los recientes comentarios del presidente sobre Haití, si la demora burocrática era deliberada.

«Mi dijeron que si no llevo los papeles de trabajo, me mandarán a casa porque es la ley. Tienes que tener los papeles de trabajo. Estoy bajo presión», dijo Edelyne Jean, asistente de enfermería de 35 años en Coral Springs, Florida, que mantiene a cuatro hermanos menores que siguen en Haití.

«Dicen que si no traigo nada nuevo para el 22 de enero o el 23 como tarde, no tengo trabajo». Los trabajadores haitianos como Jean quedarán a merced de sus empleadores, que podrían simplemente prescindir de ellos o contratar a otro en lugar de esperar a un proceso que podría llevar meses, indicó el reverendo Dieufort Fleurissant, presidente de Haitian Americans United, un grupo comunitario con sede en Boston.

«Están poniendo a mucha gente en una situación muy, muy difícil», dijo sobre las autoridades federales. «Los empleadores no se van a tomar el tiempo de comprenderlo. La gente se quedará en el limbo el lunes». Los haitianos recibieron estatus protegido temporal para vivir y trabajar en Estados Unidos tras un devastador terremoto en su país caribeño en 2010.

La protección se ha renovado varias veces en los últimos siete años, para descontento de los que creen que era medida humanitaria nunca pretendió permitir que los inmigrantes echaran raíces en Estados Unidos.

El gobierno de Trump anunció en noviembre que los haitianos que viven bajo un estatus temporal tendrían hasta julio de 2019 para regularizar su situación o marcharse.

El problema es que las autoridades no han dicho a la gente afectada cómo renovar sus permisos. Otros grupos en la misma situación han recibido más tiempo para registrarse: el gobierno anunció extensiones para nicaragüenses y hondureños el mes pasado y ya ha publicado sus guías de cómo renovar sus permisos.

En cualquier caso, la demora «refuerza el mensaje» de que los haitianos no son bienvenidos en Estados Unidos, indicó Geralde Gabeau, un haitiano estadounidense que dirige el Inmigrant Family Services Institute, una organización sin fines de lucro con sede en Boston que proporciona apoyo académico a jóvenes haitianos.

«Va al hilo de lo que dijo el presidente la semana pasada», dijo, en alusión a una reunión a puerta cerrada de Trump con senadores estadounidenses en la que utilizó un lenguaje vulgar para referirse a países africanos y preguntó por qué querría Estados Unidos más haitianos.

«No son solo palabras. Son acciones. No quieren haitianos aquí, así que hacen lo que pueden para disuadirles para que vuelvan a su país».

Al menos en Boston, que tiene la tercera comunidad haitiana más grande del país, por detrás de Miami y Nueva York, los retrasos ya han costado empleos, indicó Fleurissaint.

Algunos haitianos que trabajaban como porteadores, conserjes y en hostelería en el aeropuerto internacional de Logan fueron despedidos este verano porque no habían recibido nuevos permisos de trabajo antes de que expirasen sus protecciones en julio, señaló.

Los líderes de la comunidad están reclutando abogados para ayudar a las familias. «Vamos a contraatacar», dijo Gabeau. «No nos quedaremos callados. Esto no es aceptable».