Democraticemos la cultura en Santo Domingo

Democraticemos la cultura en Santo Domingo

Democraticemos la cultura en Santo Domingo

Natalie Ruiz Casado.

Lo primero que debemos entender es, que la democratización de la cultura, es un bien universal que no se come, ni se unta: se trabaja. Pero antes de que podamos trabajarla, es importante entenderla y conocerla, para aplicarla.

Existen algunos conceptos, muchos de ellos, surgen en la segunda mitad del siglo XX, cuando los gobiernos locales de distintos países intentaron reducir desigualdades culturales, ofreciendo acceso descentralizado a los ciudadanos, en un ejercicio de democratización.

 Se trata del “acceso equitativo a una gama rica y diversificada de expresiones culturales procedentes de todas las partes del mundo y el acceso de las culturas a los medios de expresión y difusión son elementos importantes para valorizar la diversidad cultural y propiciar el entendimiento mutuo (Unesco, 2005: art.2.7)”.

Siendo esto tan importante para el desarrollo integral de nuestras ciudades, expertos de este tema han ‘regado’ por ahí que los ayuntamientos no invierten la cantidad del presupuesto que deberían para implementar programas de este tipo. 9 de cada 10 ciudades de la región, invierten menos del 3% del presupuesto en temas culturales.

 En el caso ‘santodominguense’, para enero del año 2021 el Ayuntamiento Municipal Santo Domingo, tuvo un ingreso de $4,797,629,169.77, de los cuales no figura un porciento específico para el desarrollo del arte y la cultura en la ciudad. Solo figuran estos tópicos con los siguientes porcentajes: servicio 58.63%, educación 3.18%, inversión 10.83%, personal 27.35%. Asumiendo que en acápite educación, se integren las actividades culturales que estamos planteando en este escrito, sigue siendo un monto muy por debajo a lo que otras ciudades recomiendan invertir en base a su experiencia en el proceso de democratizar la cultura.

En Santo Domingo, tenemos la capacidad política, económica y humana de implementar este tipo de políticas, sin embargo, no se aplican. Me pregunto ¿por qué? Y también les motivo a que se hagan la misma pregunta.

Escrito esto, pasemos lista: presupuesto (llega tarde, pero presente), espacios públicos (presente), talento y cultura (presentes). Vivir en una ciudad donde siempre existan opciones artísticas para la recreación y el desarrollo de audiencias culturales, con ofertas gratuitas en los espacios públicos de Santo Domingo, debería ser la meta de nuestros gobiernos locales para la integración del ciudadano con la ciudad: recitales de poesía, bailes, obras de teatro, talleres de escritura creativa, etc. Gratis, en lugares públicos que muchos de ellos, están abandonados, fuera lindo ver este tipo de animación sociocultural, dentro un plan de educación no formal que desarrolle nuestro Ayuntamiento para promover la democratización de la cultura para transformar el vínculo de los ‘santodominguenses’ con la Primada de América.

Ahora que ‘aplatanamos’ este concepto, comencemos a exigirla. Ese es el primer paso.