Altagracia Suriel
El sistema electoral dominicano tiene un nuevo reto con la posibilidad que otorga la sentencia TC/0788/24 del Tribunal Constitucional que permite a candidatos independientes presentarse a las elecciones desde agrupaciones cívicas o sociales de ciudadanos surgidas en ocasión de los procesos electorales.
El desafío de la Junta Central Electoral será regular esta nueva modalidad de participación electoral puesto que la sentencia del Tribunal Constitucional ofrece un marco general, pero es a la JCE, como ente regulador, a quien le compete especificar el proceso de las candidaturas independientes y prever el control de su financiación evitando que asciendan a puestos de representación liderazgos vinculados al narcotráfico y a otros ilícitos.
Otro aspecto a regular es la igualdad en la competencia electoral y que las candidaturas independientes no queden en desventajas respecto de los partidos tradicionales. Desde ya estas últimas se ubican en esa posición puesto que competirán sin ningún presupuesto asignado para campaña como lo establece la ley electoral para los partidos políticos.
Aunque generen preocupación a los partidos políticos, las candidaturas independientes en nuestro contexto electoral fortalecen la democracia porque ofrecen al ciudadano mayores posibilidades de elección y la opción de votar por liderazgos emergentes que sean alternativas para una población electoral caracterizada por la desafección política reflejada en una abstención que en las última elecciones superó el 50 %.
La posibilidad de candidaturas independientes obligarán a los partidos políticos a incidir en la selección de liderazgos más idóneos, a mejorar sus programas de gobiernos, a revisar sus prácticas durante a la campaña y a elevar el nivel de los discursos en tiempos electorales, especialmente porque la sociedad está valorando cada vez más debates de alto nivel donde se pueden analizar las opciones que tiene el elector.
Las candidaturas independientes tienen grandes oportunidades. Las tecnologías de la información y la comunicación, las redes sociales, la inteligencia artificial y la innovación política pueden aprovecharse para posicionar los liderazgos que demandan estos nuevos tiempos.
Las candidaturas independientes ya son un hecho en varios países como Chile, Ecuador, El Salvador, Colombia, Panamá y Paraguay. República Dominica se inscribe en una ola de apertura a más opciones electorales y a más democracia.
