Democracia en los partidos

Democracia en los partidos

Democracia en los partidos

Wilfredo Mora

¿Qué motiva a un joven abogado a escribir un ensayo sobre temas de democracia en estos días, que no sea participar en el debate público, que es donde mejor se puede abordar el rol de la democracia desde la esfera interna de los partidos políticos?

Pues así ha sido. Este 19 de septiembre se ha puesto a circular el libro ‘Democracia en los partidos políticos. Pautas para su transformación’, de la autoría del novel jurista dominicano Pablo Vicente, en el auditorio del Instituto Especializado Superior de Formación Política Electoral y del Estado Civil, para ser atendido por el rector interino de dicho instituto, el señor Felipe Carvajal de los Santos y varios miembros del Pleno de la Junta Central Electoral, entre otras figuras que se dieron citas para oír las buenas nuevas, sobre lo que a mi juicio fue una interpretación directa y balanceada sobre el constitucionalismo moderno y las ciencias políticas combinadas con las recientes propuestas del rol de la democracia interna de los partidos políticos.

En abstracto, la función de los partidos políticos es representar a la ciudadanía en un proceso electoral; y, por supuesto, nuestra democracia es representativa, tiene la función de seleccionar a un presidente de gobierno y a representantes legislativos y municipales.

De ahí que el aspecto democrático de los partidos políticos consiste en hacer cumplir la voluntad ciudadana, servir al interés nacional y colectivo, así como al desarrollo integral de la sociedad.

En el artículo tercero, como en el considerando cuarto de la Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos se reconoce de manera expresa lo que son los partidos políticos, su doble naturaleza de organizaciones públicas, formados por ciudadanos con intereses particulares.

Se ejerce la libertad de creación de los partidos políticos y se ejerce la libertad de supresión o desafiliación, pero por medios constitucionales, a través de la ley orgánica del sistema electoral nacional.

Los partidos políticos son asociaciones esenciales para el funcionamiento del sistema democrático, y tienen por función contribuir con “la formación de los ciudadanos en materia de ética, educación cívica y manejo de las funciones públicas y realizar otras actividades complementarias que no estén expresamente prohibidas por la Constitución de la República y las leyes”.

Como ejercicio de democracia interna, la Constitución dominicana prevé en el artículo 47, el derecho de asociación, como un derecho fundamental.

Considerando que los estatutos y programas de los partidos políticos constituye el alma de esa organización, y eso lo destaca muy bien, creo, la Ley Orgánica del Régimen Electoral, en su artículo 116.

Por ello, al revisar el maravilloso libro de Pablo Vicente, y comprobar un día después de la actividad, y así lo experimenté en una conversación amena con el autor, la democracia interna de los partidos políticos, la verdadera función constitucional –la primera entre ellas–, es el funcionamiento democrático de esas organizaciones.

Podemos retroceder en el tiempo si no se fortalecen los partidos; no deben ser antidemocráticos, deben ser participativos, libres en su democracia interna, plurales, y, sobre todo, transparentes.

Si queremos que los ciudadanos se afilien a los partidos para participar en los procesos electorales, tener posibilidad de llegar a ser gobierno, entonces el interés colectivo se perderá y no se podrá intervenir en la vida democrática, si esta no se sostiene en los principios democráticos.