SANTO DOMINGO.-¿Cambiará el número de cédula cuando con el nuevo documento?, ¿cómo será la entrega para los privados de libertad?, ¿Cuáles posibilidades presenta el chip que se incrustará en el documento y qué sobre la seguridad?
Estas y otras interrogantes fueron respondidas por el pleno de la Junta Central Electoral (JCE) en una extensión del proceso de socialización que han sostenido en los últimos meses en lo relativo a la nueva cédula de identidad y electoral.
Desde la óptica institucional, la nueva cédula constituye una inversión y no un gasto, porque introduce un documento más duradero, más seguro y con capacidades tecnológicas que permitirán al Estado ahorrar recursos y modernizar su plataforma de identidad.
La JCE destinó un año a la depuración del registro civil, especialmente en procesos vinculados a ciudadanos extranjeros, para evitar alteraciones documentales antes de iniciar la renovación.
En total, 9.4 millones de nuevas cédulas serán emitidas en un proceso que se extenderá hasta marzo de 2027 para los residentes en el país, y hasta enero de 2028 en el caso de la diáspora dominicana.
La transición se sustenta en un contrato adjudicado al consorcio EMDOC, luego de una licitación pública internacional lanzada en abril del año pasado y concluida con la firma en octubre de 2025.
Según el cronograma oficial, la distribución del nuevo plástico comenzará en la parte final del primer trimestre de 2026. Los cambios más significativos se concentran en la seguridad. La actual cédula posee 22 elementos, mientras que la nueva incorporará 100 mecanismos de autenticación. El paso del PVC al policarbonato marca una ruptura tecnológica: este último material, compuesto por nueve capas, dificulta cualquier intento de alteración y extiende la vida útil del documento hasta los 25 años.
La información ya no será impresa, sino grabada con láser, lo que permite mayor precisión en los microdetalles, en el texto, en la fotografía fantasma y en las marcas de autenticación.
La foto principal pasará a escala de grises, un estándar utilizado también en países como Estados Unidos, pero la versión original a color permanecerá en las bases internas de la JCE y en el padrón electoral.
Una de las innovaciones más importantes es la incorporación de un chip criptográfico. Además del QR tradicional, el chip almacenará la información del ciudadano con mecanismos de encriptación que imposibilitan la clonación o modificación, incluso por parte de personal autorizado.
Junto a ello, la cédula incluirá un certificado de firma digital que facilitará trámites electrónicos y una futura interoperabilidad más eficiente entre instituciones del Estado.
En situaciones excepcionales, y dependiendo de acuerdos bilaterales, el documento podría incluso servir como sustituto del pasaporte para viajes específicos.
La versión digital será una extensión de la física. Para acceder a ella, primero deberá existir la cédula en formato tradicional; a partir de ahí, el ciudadano podrá utilizar una aplicación móvil que permitirá validar identidad en la vía pública, en instituciones y en procesos administrativos.
Esta versión digital abre la puerta a servicios como validación de recetas, emisión de diplomas, controles laborales, trámites notariales, etc.
Abinader será el primer cedulado
Tiempos. El cronograma oficial establece que el 8 de enero iniciará la captura de datos del personal de la JCE.
La primera cédula será entregada al presidente de la República, Luis Abinader, el 26 de enero, y entre febrero y marzo le tocará el turno a congresistas, jueces, funcionarios públicos y comunicadores.
La ciudadanía en sentido general comenzará su renovación el 8 de abril de 2026, y el proceso concluirá el 31 de marzo de 2027 para quienes residen en el territorio nacional, aunque la cedulación en el exterior continuará hasta enero de 2028.
La cédula actual caducará definitivamente el 31 de marzo de 2027.
La cédula de menores será de azul larimar, la de extranjeros legales color plomizo y la general incluirá colores de la bandera nacional.
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