Del hiperhumanismo al poshumanismo

Del hiperhumanismo al poshumanismo

Del hiperhumanismo al poshumanismo

José Mármol

Conforme se avanza en la profundización y diversificación del conocimiento en terrenos como las ciencias, la tecnociencia y las tecnologías a secas, de igual modo se van cuestionando los alcances de teorías, conceptos y argumentos racionales en torno a cuestiones tan esenciales a la vida del ser humano como la evolución, ya fuera vista desde una perspectiva biológica, antropológica o religiosa; la inmortalidad, terreno abonado tradicionalmente solo por las religiones y las tendencias espiritualistas; la naturaleza fundamentalmente biológica del cuerpo y la inteligencia como un atributo exclusivo de la especie humana, entre otros.

Cada uno de estos ámbitos del saber, que parecían firmemente establecidos e incluso, en algunos casos, inamovibles, hoy, como en otros tiempos, aunque en forma distinta están siendo puestos en duda y sus pilares conceptuales parecen ser desafiados por nuevos saberes disruptivos, por innovaciones científicas y sociales, así como por una acelerada transformación de orden tecnocientífico que nos coloca, como cultura viva, en los límites y más allá de ciertas utopías y distopías o del imaginario de la ciencia ficción. El sueño filosófico de Paul Feyerabend hecho realidad: las ciencias y las artes, finalmente, van de la mano bajo un mismo método de articulación y propósitos.

¿Es todavía impensable la desaparición o muerte del ser humano, del hombre, filosóficamente hablando, como especie superior, al margen del instinto de autodestrucción? ¿Tiene lógica o fundamento racional y científico pretender la vida eterna en la tierra y la inmortalidad del alma, rebasando con ello los argumentos de las religiones, que solo contemplan esa posibilidad después de la muerte? ¿Puede, en pocas palabras, la muerte ser derrotada? ¿Soy humanista o antihumanista si critico o defiendo esas nuevas y desafiantes teorías? ¿Soy tecnofílico, si me dejo llevar o tecnofóbico, si me resisto? ¿Puede el origen de la vida despojarse de su misterio teológico y convertirse en una tarea controlable, manipulable de la biotecnología y las ciencias e ingenierías genéticas? ¿Podría llamarse humano a un ser resultante de procesos algorítmicos divorciados de la biología, aunque con inteligencia, que así se hace llamar, y emocionalidad artificiales? ¿Puede algo no humano sustituir al humano y que la sociedad, el individuo, la familia, la cultura y la vida sigan considerándose como hasta hoy?

¿Qué habría de acontecer con la economía, la producción, los salarios, los derechos humanos y el consumo? ¿Estamos rebasando los radicalismos dualistas o ideológicos? ¿O por el contrario, los estamos estimulando y deificando? ¿Siendo hiperhumanistas, transhumanistas o poshumanistas, ecocentristas o antropocentristas, esencialistas o pro mutacionismo inducido qué estaríamos poniendo en juego?

El filósofo José Ignacio Galparsoro, doctor en filosofía por la Universidad de París-Sorbona (París-IV) y profesor titular en el Departamento de Filosofía de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), conocido en el ámbito académico en nuestro país, tanto por su labor docente en la Maestría en Filosofía en un Mundo Global (UPV/EHU-UASD), como por su participación en seminarios y congresos filosóficos, ha publicado un libro titulado “Más allá del posthumanismo.

Antropotécnicas en la era digital” (Editorial Comares, Granada, 2019), en cuyas páginas, además de hilvanar con elegancia un tejido de vasta erudición en torno al complejo tema, confronta posturas teóricas, afila muy bien el escalpelo de la exégesis y va señalando fortalezas y debilidades en autores y tendencias para entregarnos un volumen de hondas reflexiones filosóficas que abren nuevas perspectivas gnoselógicas, éticas, bio-éticas, científicas y tecnológicas en torno a la cuestión del ser y de la vida en el mundo actual, el mundo online, el cibermundo de la era digital y de la pandemia del coronavirus y la enfermedad Covid-19.

Veremos, en otra entrega, el trecho que va del hiperhumanismo esencialista al poshumanismo transbiologicista.



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