En nuestro país, en especial luego del Marco Nacional de Cualificaciones, existe mayor conciencia de los diferentes niveles educativos que posee el sistema nacional de educación.
Lamentablemente, todavía sigue sin tener el valor estratégico que merece el nivel cinco, que corresponde al técnico superior o tecnólogo.
La mayoría de los jóvenes dominicanos tiene la aspiración de realizar una de las carreras tradicionales a un nivel de licenciatura. Sin embargo, ¿Existen más opciones para los futuros profesionales?
Ciertamente, el mercado laboral ha cambiado haciéndose más competitivo e innovador.
El desarrollo del fenómeno de la Industria 4.0, con sus procesos de automatización intensiva y aplicación radical de las tecnologías digitales en todas las actividades productivas, ha eliminado muchos puestos laborales, pero también ha generado una nueva tendencia en el empleo presente y futuro.
Hoy más que nunca, el mundo necesita de un nuevo tipo de especialización técnica que permita alinear competencias y habilidades blandas y duras con la demanda del mercado y aumentar la competitividad país.
Ese camino se realiza y conduce hacia el fortalecimiento del técnico superior.
Debemos hacer un mayor esfuerzo en la diversificación de la oferta técnica incluyendo el subsistema de educación superior.
En ese sentido, propongo a todos los sectores públicos y privados que se establezca, con el liderazgo correspondiente, un plan nacional de fortalecimiento de la educación técnica superior que nos permita pasar de tan solo un 2% del total de la matrícula en educación superior cursando una carrera técnica a un 20%, que es el promedio de matriculados en carreras superiores de ciclo corto de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Si queremos ser más competitivos y garantizar mayores niveles de empleabilidad, debemos apostar por el fortalecimiento de la educación técnica superior. ¡Podemos lograrlo!