Dedicado a la OEA

Dedicado a la OEA

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A nadie le falta un sobrino que, además de travieso y ocurrente, sea un temerario consumado y un contestatario de alto grado. Yo tengo varios.

Anoche me dijo uno de estos que los jueces de la famosa Corte IDH incurrieron en “mala práctica judicial” pues se metieron en “juzgar” y condenar a RD sin conocer suficientemente la realidad jurídica dominicana, sin ser objetivos ni considerar debidamente los alcances de las normas constitucionales del país así como algunas normativas de la CADH (Convención) y de la propia Corte (basta leer el art. 62.3 del Reglamento de la CADH que es común a la CIDH [Comisión] y a dicha Corte).

Mi sobrino está indignado. Dice él que todo profesional que incurra en “mala práctica” debiera ser enjuiciado y condenado.

Él quiere que los jueces, al igual que los médicos e ingenieros, no puedan desertar graciosamente de su responsabilidad. No obstante, le advertí que el art. 70.2 del Reglamento de la CADH les inmuniza contra cualquier posterior reclamo por los votos y opiniones emitidos en el ejercicio de sus funciones.

“Si tío –me dijo muy ofendido- votar y opinar son partes importantes de esas funciones, pero retorcer éstas, extralimitarse adrede mediante interpretaciones antojadizas de la regla, acusar de racistas, de apartheid y de fomentar la apatridia, condenar sin disponer de pruebas convincentes, amenazar y denostar públicamente contra nuestras instituciones, no tío, eso no, eso es inadmisible.

¿O es que ellos son temibles marcianos que han llegado, antojados de nosotros que somos mansos, para sojuzgarnos con apego a unos excéntricos criterios?”.

Apunta, además, que una sentencia caprichosa, irracional y fundada en el prejuicio, como la evacuada por la Corte IDH es necesariamente injusta, aparte de que le alimentaría el error a nuestros vecinos y puede provocar, eventualmente, tanto o más daño como el producido, por ejemplo, por otro terremoto, o por la proliferación de abortos impunes, o por la construcción de edificaciones y obras sin varillas, o por el flagelo del narco en las grandes metrópolis.

Y agrega convencido que, si por pecados como esos se extraditan los culpables hacia la nación afectada, es claro que los jueces de marras debieran también ser extraditados para que respondan aquí, ante la Justicia dominicana, por los prejuicios, errores, calumnias y falsedades en que fundaron los dictámenes que difundieron a nivel mundial contra RD.

La sugerencia del sobrino me ha dejado pensativo puesto que parece buena, y todo lo bueno primero fue utopía, incluida RD. Después seguiremos con este tema.



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