Renaldo Bodden
Deporte, de acuerdo a la Real Academia Española, es una actividad física que es ejercida por medio de una ‘competición’ y cuya práctica requiere de entrenamiento y normas.
Atleta (del griego antiguo athlos), que significaba ‘competición’), es una persona que posee una capacidad física, fuerza, agilidad o resistencia superior a la media y en consecuencia, es apto para actividades físicas, especialmente para las competitivas.
Esas definiciones elementales, sin gran rigor científico, a propósito de un debate que recientemente tenían los muchachos de la Z 101 sobre si Jack Veneno (Rafael Sánchez) merece ingresar al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano.
Como se observa ambos términos hacen referencia a la ‘competición’ como una forma de lograr un objetivo. Jack Veneno cumplía con las características de ejercer la “actividad física”, pero el resultado de la ‘competición’ estaba programado para que el bien (los técnicos) triunfara sobre el mal (los rudos).
Recuerdo que en la década de los años 80 una asamblea de la ACD (Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo) decidió no premiar más la lucha libre por dos factores primordiales, porque se enmarcaba en la categoría de espectáculo con resultados programados y porque el premio siempre recaía sobre la figura de Jack.
Hace un par de años, paradójicamente, la ACD entregó un reconocimiento especial al legendario luchador, que en un momento llegó a ser el dominicano más popular de “la bolita del mundo”, quizás solo por debajo de Balaguer, Bosch y Peña. Este último no se perdía una cartelera.
