Sin lugar a dudas que la República Dominicana ha avanzado significativamente en dotación de instalaciones deportivas en todo el territorio nacional, eso se lo debemos básicamente a que el país ha sido sede de eventos internacionales como los Juegos Centroamericanos y del Caribe, los Panamericanos; así como también, los Juegos Nacionales anuales que estuvieron desarrollándose en el pasado reciente y que hoy día ya no los tenemos.
Pese al aumento en la cantidad de instalaciones deportivas, de las que están ubicadas en el Centro Olímpico de la capital, los dos pabellones de voleibol, construidos especialmente para la práctica de ese deporte, con una frecuencia que podría situarse en quincenal, es rentada o prestada para diferentes tipos de eventos, que van desde certámenes de moda hasta torneos de baloncesto que duran meses, pasando por graduaciones de universidades, eventos religiosos, políticos, artísticos y cualquier otra actividad que se les ocurra a los colegios privados.
Resultados, que la única disciplina no profesional de equipo, como el voleibol, que ha logrado las más altas posiciones en competencias regionales y mundiales en varias categorías, no pueden practicar en forma sistemática, por estar sus instalaciones ocupadas.
La más reciente expresión de lo dicho, ha sido el intercambio de fogueo que han tenido las selecciones infantiles y juveniles de voleibol femenino dominicano, contra el combinado de Japón, que viniendo de la otra parte del mundo, han tenido que jugar en el pabellón de la fuerza aérea, como si fueran militares, privando también a los seguidores de esa disciplina de poder disfrutar de voleibol del primer mundo. El pabellón de voleibol, no es del voleibol.