Santo Domingo.-Quien escucha su nombre y primer apellido lo asocia a cualquier nacionalidad menos a un dominicano.
Sin embargo, Joffre de la Fontaine Fernández-Mármol es un criollo nato oriundo de Tamboril, donde pasó sus primeros años de vida.
“En realidad nací en Santiago y me llevaron al registro civil de Tamboril”, reconoce en medio de una afable sonrisa mientras alaba las bondades de esa localidad.
Aunque la mayor parte de su vida la ha pasado en el exterior, religiosamente De la Fontaine Fernández viene dos veces al año al país.
Tal vez no sea muy conocido en la palestra pública, pero es un dominicano que ha triunfado en el exterior.
Su formación
De la Fontaine desarrolló su infancia en plena dictadura trujillista.
Desde muy temprano en este periodo sus padres se mudaron a Santo Domingo, donde realizó sus estudios primarios en el colegio Santo Tomás de Aquino, y posteriormente en un liceo denominado Generalísimo Trujillo.
En ese entonces su padre era subdirector general de Deportes (hoy Ministerio de Deportes), a pesar de que parte de sus parientes eran antitrujillistas, lo que provocó que en el año 1949 salieran exiliados hacia Cuba.
Desde ese país se fueron a Estados Unidos, donde empezó su trayectoria profesional al realizar “Estudios latinoamericanos-relaciones internacionales”. No bien inició su formación académica tuvo que interrumpirla debido a la guerra de Corea.
“Desde Estados Unidos me mandaron al servicio militar obligatorio. Me enviaron a África del Norte y Medio Oriente, donde pasé dos años”, recuerda.
Luego de esto, sin perder sus objetivos, De la Fontaine retomó sus estudios superiores en la universidad de Columbia y en 1957 se mudó a México para terminar su formación en la Universidad de Las Américas.
Trayectoria y logros
La formación de este criollo le llevó a convertirse en un catedrádico de la Universidad donde concluyó sus estudios.
“En la Universidad de Las Américas fui vicerrector y rector interino, porque no era mexicano y México es un país nacionalista”, especificó.
En el año 1962 se dedicó al periodismo escribiendo en columnas del periódico El Universal, que es uno d e los más importantes en México.
De ese diario De la Fontaine fue uno de sus ejecutivos, al ser designado encargado de relaciones internacionales y vicepresidente del consejo editorial.
Golpe de Estado a Juan Bosch lo marcó
Luego de haber salido del país en 1949 la familia de Joffre de la Fontaine Fernández-Mármol volvió al país después de la caída de la dictadura trujillista, con intenciones de quedarse, ya que tenía ciertas aspiraciones políticas.
Pero el golpe de Estado contra el gobierno de Juan Bosch marcó su vida y de ahí desistió de la idea de vivir en el país.
Ese episodio metió al país en uno de los momentos más convulsos del siglo pasado por sus implicaciones políticas y económicas, así como la posterior intervención de Estados Unidos.
“Sin embargo, ese cariño y esas raíces de Tamboril, de Licey al Medio y Santiago, me han mantenido apegado al país”, resalta.
Son estas parte de las razones citadas por De la Fontaine que lo motivan cada año a regresar a la República Dominicana, pese a residir en México.
En ese país conoció a su esposa, que es de origen estadounidense, con la que procreó una hija.
Aparte de sus logros como académico y periodista, De la Fontaine también ha impartido docencia en varias universidades de Estados Unidos, donde obtuvo una maestría. Además, resaltó que por espacio de dos años fue corresponsal en España de “El Universal”.
En la actualidad está jubilado y dedica su tiempo a compartir con su familia y amigos de los diferentes países a los que ha viajado y vivido.