Ahora que se despidió por todo lo alto a un grande, Derek Jeter, salta al debate otro más grande, en el terreno, Pete Rose.
En 2015 el Juego de Estrellas será en Cincinnati y Bud Selig anticipó “ellos saben lo que pueden hacer y lo que no”, refiriéndose a la posible presencia de Rose en los actos conmemorativos del próximo clásico de media temporada.
El líder de hits de por vida (4,256) fue erradicado del béisbol por apostar al juego mientras era dirigente de los Rojos.
Siempre pensé que la actitud de Pete Rose fue una traición imperdonable a la actividad que le dio dimensión trascendental.
Miembro prominente de la Gran Maquinaria Roja, su palmarés deportivo de 24 campañas incluye tres coronas de bateo, siete lideratos de hits, cuatro de anotadas, cinco de dobles, 17 Juegos de Estrellas y una entrega sin reservas a la hora de saltar al terreno.
Novato del Año en 1963, se retiró hace 28 años y no puede pasar cerca de los plays de Grandes Ligas y ni hablar de Cooperstown. Y pensar que, quizás para siempre, será el hombre con más hits en el big show. ¡Qué contraste!