Cada año, los días de Semana Santa y de Navidad la Policía Nacional anuncia haber dispuesto de 5,000 agentes adicionales para labores de patrullaje y garantizar la seguridad ciudadana.
¡Bravo!
Lo que no se ha explicado es de dónde saca la Policía esos 5,000 hombres supuestamente entrenados, que aparentemente no estaban en servicio y que desaparecen otra vez tan pronto pasan las indicadas temporadas de Semana Santa y Navidad.
Ese operativo provoca otras interrogantes sin respuesta hasta ahora, como estas: ¿Adónde van a parar los cinco mil uniformes y pares de botas que se utilizaron en esas nuevas y efímeras emergencias? ¿Y las 5,000 armas de reglamento que se utilizaron? Porque hay que suponer que esos 5,000 agentes no andaban desarmados…
Otro caso que, para mí, raya en lo absurdo, es la tradicional clausura de balnearios “peligrosos” que ejecuta el Centro de Operaciones de Emergencia para las fechas indicadas, con lo que se evita la ocurrencia de accidentes mortales cada año. ¡Bravo otra vez! Pero ¿dejan de ser peligrosos esos balnearios en las demás fechas del año?
Otro absurdo “made in DominicanRepublic”: la Ley manda que los conductores de automóviles deben llevar puesto el cinturón de seguridad, como una medida para preservarles la vida o su integridad física. Pero para el cumplimiento de dicha ley, se exceptúan los choferes de carros públicos. Parece que para nuestros legisladores la vida de esos choferes no vale mucho…