La verdad que ahora todo es culpa de las redes sociales. Ya tenemos una razón, una excusa y un responsable para cada mal que ocurre a nuestro alrededor.
Esa tendencia de todos los seres humanos por buscar un culpable fuera se ha exacerbado en esta época de multi-conexiones.
Ahora más que nunca somos incapaces de mirar hacia dentro primero, porque estamos demasiado pendientes de lo que nos llega a través de una pantalla. Pues les voy a decir algo, las redes sociales son simple y llanamente una herramienta. Así, si una persona es maleducada lo trae desde su casa.
Si ese conocido es un chismoso lo va a ser en cualquier entorno. Si alguien vive amargado con su vida lo va a manifestar en cada cosa que haga.
Y si una persona quiere ir mostrando una realidad que no es la suya en las redes, se va a encontrar con su verdadera vida al apagar el celular. Si sus hijos no quieren salir de casa porque están todo el día enganchados a un aparato electrónico no culpen a ese youtuber, analicen la educación que están recibiendo.
Dejemos de buscar excusas y seamos capaces de hacer autocrítica. Cierto es que las redes han abierto una puerta a muchas cosas que antes no sabíamos, porque el término viral se reducía a una enfermedad. Pero depende de nosotros cómo las utilizamos y, ante todo, cómo dejamos que los demás lo hagan.
No caigan en la crítica fácil, no crean que el anonimato les da poder, todo lo contrario, les hace todavía más chiquitos cuando tengan que enfrentarse con lo que son, que de alguna forma llegará.
Intenten conocerse, respetar, mejorar aquello que les molesta, no juzgar gratuitamente y ante todo dejen de culpar a cosas externas de aquello que les molesta.
