Celedonio Jiménez
El día de ayer 21 de diciembre fue aniversario de dos acontecimientos de alto sentido histórico: el Sermón de Adviento de Montesino y la muerte física del gran patriota y líder popular Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo).
En representación de la orden dominica el fraile Antonio de Montesino pronunció en 1511 un inaudito discurso en la isla La Española, en que le enrostraba a las autoridades colonizadoras el abuso y crueldad que cometían frente a los originales de la isla.
De las extremas crueldades que los colonizadores ejercían, da cuenta fray Bartolomé de las Casas en su escrito “Brevísima Relación de la Destrucción de las Indias”. El sermón de Montesino constituye el primer grito por la justicia, el valor y la dignidad de los aborígenes en el Continente.
Manuel A. Tavárez Justo (Manolo) abrazó la lucha armada, junto a otros miembros del “14 de Junio”, luego de que se produjera en 1963 la acción golpista contra el Estado dirigido por Juan Bosch. Días después, el 21 de diciembre, Manolo, junto a 13 compañeros del frente que dirigía, bajaron de la montaña, se rindieron, fueron apresados y asesinados por tropas del ejército.
Esto confirma la existencia de una ley no escrita que indica que hay presos de una dimensión tan gigantesca que no hay cárceles para ellos, por lo que desde las más altas instancias nacionales y extranjeras emanan sentencias de sus fusilamientos.
En nuestra isla, desde los tiempos de la colonización, el pueblo oprimido ha tenido muy pocos momentos de respiro. Por esto han surgido personas que, con sus luchas nos hacen ver la vigencia del Sermón de Montesino.
Para no ir lejos en el tiempo destacaremos la lucha del sacerdote Miguel Angel Gullón junto a los campesinos “peregrinos” de “El Seibo” (La culebra, Vicentillo).
Ellos desde el 21 de octubre de 2019, se declararon en lucha contra el desalojo de sus tierras, de que fueron víctima. Por esta lucha fueron recibidos por altos funcionarios del gobierno de Danilo Medina en el Palacio Nacional. Pero todo fue una burla y promesas incumplidas. Ni siquiera el gobierno actual del Lic. Luis Abinader les ha ofrecido soluciones, lo que quizás los obligue a peregrinar de nuevo hacia Santo Domingo.
Un extraordinario relevo de Montesino también lo fue el recién fallecido padre Jorge Cela, quien en su entrega a los pobres defendió su causa y convivió con ellos por algunos años, habitando una vivienda en la barriada de Guachupita, de Santo Domingo.
Muchos de los motivos que ocasionaron el Sermón de Adviento y el alzamiento de Manolo, siguen latentes, de ahí el surgimiento de comunicadores que, como Marino Zapete, Huchi Lora, Juan Bolívar Díaz, Altagracia Salazar, Ricardo Nieves, Edith Febles, Adalberto Grullón, German Marte y otros, son voces que gritan en el desierto para allanar caminos, para enderezar senderos.
