Frederich E. Bergés
Davos es un pequeño pueblo en Suiza, país en el corazón de Europa reconocido por su civilidad y neutralidad en los conflictos bélicos.
En este pueblo se celebra anualmente el denominado Foro Económico Mundial que reúne a más de 100 representantes de diferentes gobiernos, organizaciones internacionales de la sociedad civil y cerca de 1,000 empresas, entre muchos otros.
Como bien dicen sus principios, el objetivo de la reunión es “proporcionar una plataforma global, imparcial y sin ánimo de lucro para una conexión significativa entre las partes interesadas con el fin de establecer la confianza y crear iniciativas para la cooperación y el progreso”.
Con esos propósitos se celebró este mes la reunión anual donde hubo varias exposiciones que si se leen entre líneas aportan pautas por donde se encaminará la economía mundial en los próximos meses y tal vez años. Los diferentes expositores participantes escogieron líneas de mensajes muy diferentes, pero de gran significación.
El canciller norteamericano Anthony Blinken centró su discurso en el conflicto de Ucrania donde parece se agota la paciencia de los donantes bélicos que pudiera significar un desenlace este año.
El primer ministro chino Li Qiang abogó por una mayor cooperación en la innovación, mientras que Sam Altman, jefe de Open AI, empresa líder en el desarrollo de la inteligencia artificial habló acerca del futuro de la esta tecnología y su despido de la empresa.
Tal vez la exposición más impactante y que ha tenido la mayor repercusión ha sido la presentación del presidente de argentina, Javier Milei. Su ponencia se centró en las virtudes del capitalismo versus las penurias impuestas por el colectivismo, socialismo, comunismo; sistemas que consideran al Estado por encima del individuo.
Advirtió acerca del creciente peligro económico global de un mundo que se mueve cada vez más en contra de los valores tradicionales del mundo occidental y las libertades. Todo una cátedra para la reflexión.
Nuestro país estuvo representando en el foro de Davos sin que supiéramos que posiciones asumimos. Una actitud muy contraria, por ejemplo, a la feria de Fitur de donde surgen tantas noticias. Tal vez ello ha sido así por la ausencia de “influencers” y periodistas como en Madrid.
