Lo peor que le puede pasar a una persona o institución es que la gente no le crea ni siquiera cuando dice la verdad.
Algo así está pasando con nuestras autoridades y varios de los presuntos implicados en el atentado contra el expelotero David Ortiz.
Esto, a pesar del gran esfuerzo de la Policía por dar con todos los responsables del hecho.
Hasta ayer en la tarde habían apresado a 10 y se buscaba a otros tres de los presuntos involucrados en la planificación y ejecución del atentado.
Son tantos los supuestos implicados en el caso que hay quienes se preguntan si la decisión se tomó en una asamblea, previa discusión sobre el monto a cobrar por cada uno de los sicarios, cuánto les iba a tocar a los subcontratistas, la hora, el día, el lugar, los vehículos y el arma a utilizar por el gatillero.
Las primeras dudas surgieron cuando se informó que a los sicarios se les había pagado RD$400 mil. ¡Por matar a David Ortiz!
Para los fanáticos de los Medias Rojas de Boston era inconcebible que la cabeza de uno de sus ídolos se cotizara por una suma tan irrisoria: menos de US$8 mil.
Recuérdese que David Ortiz ganó más de 159 millones de dólares en los 20 años que duró dando palos en las Grandes Ligas, a parte de otros ingresos por publicidad y un contrato con la cadena Fox.
Luego, ante el mar de dudas y críticas subieron la cotización y se dijo entonces que fueron cinco millones los que se pagaron por matar al “Big Papi”.
Pero esto tampoco satisfizo a los fanáticos ni a la gente que exige que el caso sea aclarado.
Las dudas (y las burlas) se incrementaron a partir del viernes pasado, cuando las autoridades presentaron, cual si fuera un trofeo, a Gabriel Alexander Pérez Vizcaíno, alias “Hueso”, como la persona que contrató a los autores materiales del crimen.
Es cierto que no conviene dejarse engañar por la apariencia, pues quizá sea verdad lo que nos dijo una fuente confiable: “Hueso es un expolicía, un sicario temible (que extrañamente rehusó hacer él mismo el trabajo)”. Lamentablemente, casi nadie creyó que este individuo, con una sonrisita más falsa que la de la Mona Lisa de Da Vinci, sea la persona que contrató a los matones, y menos que fuera el responsable de pagar. Su ‘polochecito’ azul lo delataba. Nadie creyó.
Ayer dijeron que Alberto Miguel Rodríguez Mota (prófugo) fue quien pagó para que ejecutaran el atentado. Pero este otro “detelengao” tampoco convence mucho.
La sociedad demanda que se identifique y aprese al verdadero autor intelectual.
Hay varias versiones. Incluso medios extranjeros como “The New York Daily News” hablan de que la orden de matar a David Ortiz fue dada por un tal “César el Abusador”, un supuesto capo con mucho poder económico y fuertes vínculos con el poder político y militar. Un verdadero intocable.
Desde el principio se dijo que era un lío de faldas, que David le quitó una mujer a ese capo y que por eso lo mandaron a matar.
Tampoco falta quien diga que todo se debió a una deuda por pagar. Hasta ahora son solo hipótesis sobre la mesa.
La verdad debe imponerse. Las autoridades tienen la obligación de dar con la persona que pagó para que liquidaran a uno de los pocos ídolos de los dominicanos.
David Ortiz es muy apreciado aquí y en Estados Unidos, y dicen que la DEA y el FBI no comen cuentos.