“Dany el rojo”, ¿qué fue de él?

“Dany el rojo”, ¿qué fue de él?

“Dany el rojo”, ¿qué fue de él?

Wilfredo Mora

Nuestra Revolución de Abril es invisible. Vivimos sin la memoria del Mayo del 68, en Francia, que surgió como el gran portaestandarte en el olvido, una revolución inicialmente estudiantil, que significó las más urgentes búsquedas sociales y políticas para el obrero común, para la mujer, para los docentes.

Una lección de la historia para la justicia, los policías, y una cosmovisión de los métodos de la violencia por parte del Estado.

El Mayo del 68 no sólo fueron barricadas, proclamas subversivas, sino la sustitución del verbo por la acción, fue la toma del poder de parte de los que eran dirigidos frente a los que dirigían. Fue algo más que los lemas, más o menos, enarbolados, de “prohibido prohibir”, o “destruir por destruir”, “romper, romper y no reemplazar nunca”.
El espíritu del Mayo del 68 tenía propósitos más políticos, como el dar una dirección a una sociedad que ya era excluyente, con pérdida de valores para el movimiento social, obrero y estudiantil.

Es cierto que las barricadas fueron un medio violento de los estudiantes para hacerse notar, las consignas fueron muy radicales para lograr comunicarse, pero funcionó. Los estudiantes querían discutir los problemas verdaderos, como por ejemplo, el equilibrio sexual de la juventud; los docentes se vieron a sí mismos, con el destino de sus conocimientos.

El pueblo pudo ver a sus funcionarios corruptos, la función de la Policía al servicio del Estado, las tendencias de las fuerzas de izquierdas y, sobre todo, la razón de las ideologías. Gracias a aquel acontecimiento de la historia, el obrero ha aprendido a hablar, el policía a obedecer las órdenes justas, la mujer a liberarse y superarse.

La revuelta que inició Daniel Conh-Bendit (Dany el rojo) dio una gran lección al mundo. La paradoja es que hoy día hay más motivos para rebelarse que en el 68. Hoy hay temor, todavía perdemos el tiempo en esperar que las cosas cambien. La educación superior carece de sentido. Muchos de los estudiantes reciben, más bien, un entrenamiento para ser luego, demagogos, y se olvidan de la lucha por para liberación de su pueblo.

Es triste ver el tema femenino y el aumento de la criminalidad de las mujeres, los problemas de la juventud (la música, el sexo y la violencia, pueden servir de ejemplo), la infancia desprotegida, las madres embarazadas solteras, el trabajo infantil, o los mismos docentes universitarios, mal pagados y sin protagonismos en sus aulas; la realidad de nuestros policías, y los corruptores del gobierno, que cada vez hacen más complicado alcanzar los objetivos por los que los jóvenes del 68 se levantaron en armas.

Pronto serán 50 años de aquel acontecimiento. Nos preguntamos, que fue de “Dany el rojo” (hoy tiene 71 años de edad); ahora es un diputado del Partido Verde Europeo.



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